Entrenador Beom ^_^ YeonGyu

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Mentiría si dijera, que no había echado de menos verlo así. Encontrarlo en mitad del campo riendo y hablando con la persona que más quería en el mundo, y sentir que la había dejado en buenas manos.

ㅡ Papi ㅡ La pequeña que hasta ahora había estado en silencio observando cómo los dos adultos hablaban y se miraban, ahora estira la mano de su padre en busca de atención ㅡ El entrenador Beom me ha dicho que su película favorita es....

ㅡ Grease. ㅡ Beomgyu le ayuda cuando ve a la pequeña fruncir el ceño.

ㅡ ¡Grease! ㅡ Exclama ㅡ Y le he dicho que el otro día vimos los minions, ¿Te acuerdas? ㅡ Yeonjun sonríe dulcemente y asiente ㅡ Entonces también me ha dicho que nunca ha visto las películas de los minions y he pensado que podía venir a casa a verlas con nosotros.

La simple idea de tener a Beomgyu sentado en el sofá de su hogar mientras ven una película junto a su hija le hace sentir fuegos artificiales en todo su interior. Y quizás es una señal para que se niegue, se invente una excusa y cambie de conversación.

Pero, sin embargo, asiente.

ㅡ Claro, porque no ㅡ Dice con la mayor sonrisa apareciendo en sus mejillas.

ㅡ ¡Sí! ㅡ Minji exclama dando pequeños saltos. ㅡ ¿Una cita?

Los ojos de Yeonjun se abren en sorpresa tras aquellas dos palabras que salen de la boca de su hija, mientras su rostro explota en colores carmesí. Y Beomgyu por su parte suelta una pequeña risa mientras niega levemente.

ㅡ Que cosas dices ㅡ El rizado dice con nerviosismo, intentando quitarle importancia mientras sonríe ㅡ Anda ve por tus cosas que tenemos muchas cosas que hacer.

ㅡ Es una cita. ㅡ Dice la pequeña antes de salir corriendo hasta donde había dejado sus cosas.

Yeonjun suspira mientras la ve marcharse, y espera que Beomgyu no note el calor que siente en sus mejillas.

ㅡ No sé de dónde ha salido tan descarada.

ㅡ Es adorable. ㅡ Responde el pelinegro con una sonrisa honesta.

Yeonjun asiente y esconde sus manos detrás de su espalda. Y espera no verse muy ridiculo con aquel suéter morado y sus pantalones deportivos llenos de harina.

ㅡ ¿Nunca has visto los minions? ㅡpregunta con una pequeña sonrisa.

ㅡ Mi mejor amigo, Soobin, está obsesionado con esas películas ㅡ Rueda los ojos ㅡ Pero no, no las he visto.

ㅡ Bueno, pues lo decía enserio. Estás invitado a verla ㅡ Dice jugando con las mangas de su suéter ㅡ Los viernes son noche de películas, si te apetece...

ㅡ Me encantaría.

Y con una sonrisa y dos palabras, Beomgyu librera a miles de mariposas en el estómago de Yeonjun.

ˑ ｡ ! ≛ ، . ‹ 冬◞¡ ˖ ✶ʾʾ ﹗ ‣ ֶָ֢֪ ‹ ⋆ ‣ ぁ ˖ ›⋆ Ꮺ ָ۰

Llega la medianoche, y con ella, una fuerte tormenta. Yeonjun agradece que su hija tenga el sueño pesado, porque si no, ahora tendría a la pequeña asustada junto a él, y de ese modo jamás terminaría con aquellos malditos cupcakes.

Está agradecido de tener tanto trabajo, porque gracias a eso puede pagar la gran casa en la que viven, pero a veces es agotador. Su hogar no es la gran cosa, pero tiene una cocina enorme que enamoró al rizado la primera vez que la vio. Fue amor a primera vista, y aquella casa se convirtió rápidamente en el hogar perfecto para él y su bebé, que para entonces apenas tenía unos meses.