008, El laboratorio

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La toalla que cubría sus hombros se deslizó hasta quedar colgada en el respaldar de la silla de forma desordenada

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La toalla que cubría sus hombros se deslizó hasta quedar colgada en el respaldar de la silla de forma desordenada. Ryker sintió sus párpados pesados, pero negó con la cabeza y se rehuso a cerrar los ojos. No quería dormir, lo único que quería era asegurarse de que el chico Byers, quién dormía plácidamente en la camilla de hospital, se encontrará bien.

Escuchaba las voces vagas de los adultos un par de pasos lejos de él. Joyce y Bob hablaban en un tono realmente bajo, mientras compartían una charla cómoda y tomaban café, esperando que Will despertara.

La mujer se acercó con una taza entre sus manos, y la extendió hacia el chico Henderson, quién levantó la mirada con cansancio. Grandes bolsas oscuras se manifestaban bajo sus ojos, y un tinte rojo recorría sobre su iris. De verdad necesitaba descansar.

— ¿Café con leche? —le ofreció, a lo que él sonrió un poco y asintió. Su mirada se suavizó en cuanto la mano temblorosa y fría de Joyce Byers se colocó en su mejilla— ¿Me prometes que luego trataras de descansar? No dormiste en toda la noche.

—Claro—murmuro.

Joyce volvió alejarse, antes de revolver su cabello con cuidado de no tocar su herida en la parte de su frente. Ryker calentó sus manos al rodear la taza y suspiro. No le gustaban los hospitales, o de lo que sea que se trate el lugar en donde se encontraban. Era frío, las luces no emitían calidez, y un olor a químicos llegaba hasta su nariz, casi sin permitirle disfrutar del café.

Comenzó a tomar de a sorbos pequeños, sin quitar sus ojos de Will, y no fue hasta que bajo la mirada dos segundos, que luego escucho la voz del castaño, algo raspada y seca. Pero Ryker pudo sentir como cada fibra de su cuerpo se alegraba al escucharlo.

— ¿Mamá? —pregunto Will, siendo la primer persona a la que llamo al despertar.

Ryker lo entendía. Él también haría lo mismo.
Incluso, justo ahora, estaba más que preocupado por su madre, y en como le explicaría porque desapareció tanto tiempo.

Joyce se acercó rápidamente, y ese momento Mike también se levantó, quién estaba cubierto con una manta debido al frío de la habitación.

—Mi amor, ¿cómo te sientes? ¿Estás bien? —pregunto la castaña, colocando una mano en el rostro de su hijo para examinarlo.

Luego de que Bob volviera al cuarto, ya que había salido en busca de algún doctor cerca que pudiera ver a Will, decidió acercarse a la camilla y sonreírle al menor.
El chico Byers llevo su mirada de su madre al hombre y así sucesivamente, hasta que decidió hablar.

— ¿Quien es él?

Joyce frunció el ceño, — ¿Qué?

𝗣𝗥𝗘𝗧𝗧𝗬 𝗥𝗬𝗞𝗘𝗥; will byersWhere stories live. Discover now