ㅡ ¿Que película vamos a ver, papi? ㅡ Minji pregunta, llevando su vestido de Tiana porque era de su color favorito.

El rostro de Yeonjun se ilumina al verla. Ve la coleta que le había hecho aquella mañana completamente despeinada, y eso solo indica que lo estaba pasando genial.

Y eso era todo lo que Yeonjun quería, que tuviera el mejor cumpleaños del mundo.

ㅡ La que quieran ver ustedes le ponemos de acuerdo ㅡ Dice, mientras se sientan en el largo sofá.

ㅡ Que elija Minji, ya que es su cumpleaños.ㅡ Sugiere Jaeyun, a lo que las demás niñas asiente en acuerdo.

Yeonjun va a abrir la boca para decir algo, pero el sonido del timbre le interrumpe.

ㅡ ¿Hyuka, podrías ayudar a los niños a poner la película? ㅡ Dice un tanto fuerte para que su mejor amigo lo escuche desde la cocina.

ㅡ Papá, yo puedo sola ㅡ Minji dice rodando los ojos ㅡ No tengo tres años.

ㅡ ¿No? Yo estaba seguro de que justo hoy los cumplías.

ㅡ Malo.

ㅡ Tío Kai al rescate. ㅡ Dice llegando al salón con un sándwich de mermelada entre sus manos, dejándose caer sobre el sofá al lado de la rizada y sacando risas a las niñas.

ㅡ Mi tío Kai es el mejor ㅡ Minji dice abrazando al rubio.

Yeonjun sonríe mirando la escena, pero el timbre vuelve a sonar y rápidamente se dirige a la puerta principal, abriéndola y encontrándose con lo que menos esperaba.

ㅡ Hola, Yeonjun.

La sonrisa que Yeonjun tenía dibujada en su rostro desaparece por completo, mientras su corazón se revela en su pecho y su respiración se atasca en sus pulmones.

Delante de él, se encontraba el pelinegro de ojos azules en el que no había podido dejar de pensar. Esta vez, viste una camiseta negra de manga corta junto a una chaqueta vaquera y unos skinny jeans rotos en las rodillas, y en sus manos una bolsa de tela negra. Verlo vestido de aquella forma le resulta extraño, porque está acostumbrado a verlo siempre en ropa de deporte.

Pero estaba increíble, siempre lo estaba. Parecía que sin importar lo que llevara puesto, Beomgyu siempre estaría tan precioso como ahora.

Y eso le parecía completamente injusto. Porque, ¿Cómo se supone que no va a enamorarse de él si era el hombre más bello de la tierra?

ㅡ Beomgyu ㅡ Susurra ㅡ ¿Qué haces aquí?

El pelinegro frunce el ceño levemente y antes de que pueda responder la pequeña Minji aparece, pasando por al lado de su padre y lanzándose a abrazar a Beomgyu.

ㅡ ¡Entrenador Beom, has venido!

ㅡ ¡Por supuesto! No pensarás que me iba a perder el cumpleaños de la mejor futbolista del mundo ㅡ Dice, agachándose para estar a su altura y devolverle el abrazo con una gran sonrisa.

ㅡ ¡Papá, el entrenador Beom ha venido! ㅡExclama, girándose para mirar a su padre. Y cuando Yeonjun ve sus pequeños ojos verdes repletos de ilusión, no puede hacer nada más que sonreír.

ㅡ Ya lo veo, cielo.

ㅡ Pasa, pasa ¿Te gusta mi vestido? Es verde, seguro que te encanta el verde. Los ojos de mi papá son verdes y los míos también. ㅡ Minji habla rápidamente, debido a la emoción de que su entrenador estuviera en su casa, en su cumpleaños.

Beomgyu sonríe mientras entra dentro del cálido hogar de Yeonjun y Minji y cierra la puerta detrás de él.

ㅡ El verde es genial, pequeña. ㅡ Le responde, feliz de estar allí.

ㅡ Lo sé ㅡ Sonríe ㅡ ¿Que es eso?

ㅡ Un regalo para la cumpleañera.

Los ojos de Minji se abren mientras le dirige la mirada a su padre.

ㅡ ¿Lo puedo abrir, papá?

ㅡ Los regalos son después de la tarta, cielo.

Es entonces que el rostro entero de Minji se iluminan con aquellas palabras, y si antes estaba emocionada, ahora rebosaba en ella la pura ilusión.

ㅡ ¡Eso significa que el entrenador Beom se queda a comer tarta! ㅡ exclama con la mayor sonrisa en su rostro.

ㅡ Solo si a tu padre le parece bien. ㅡ Beomgyu dice, mirando a Yeonjun.

A Yeonjun, quien no había visto por tan solo dos semanas pero que se había sentido como una eternidad. Extrañaba su cabello rizado medio largo, su sonrisa encantadora y su forma lenta de hablar, verlo nervioso y tener pequeñas conversaciones en mitad del campo de fútbol.

Y finalmente, volvía a tenerlo frente a él.

ㅡ Porfa, porfi, por favor. ㅡ La pequeña dice mirando a su padre, juntando ambas manos en forma de súplica y poniendo pucheros.

A lo que Yeonjun no puede negarse, porque es su cumpleaños y si Yeonjun dice que no la pequeña pasaría a estar triste. Así que, con un suspiro, asiente.

ㅡ Claro, el entrenador Beom puede comer tarta con nosotros.

Y si Beomgyu sonríe al mirarlo dulcemente mientras la pequeña da saltos de emoción en la entrada de su casa, eso será algo que solo él sepa.

Entrenador Beom ^_^ YeonGyuDonde viven las historias. Descúbrelo ahora