Capítulo veinte: propuesta

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¿Ben celoso de Luke? Tal vez. Ayer estuvo toda la cena tenso, y no miraba a Luke muy amistosamente, pero no sé, lo atribuí a que mi madre lo obligó a que bajara a cenar cuando estaba cansadísimo. Ben, generalmente, es la persona más vaga que conozco. Está en muy buena forma física, lo reconozco, y juega a basket en el equipo del instituto. Pero cuando Ben llega de los entrenos se tira en su cama y no hay nadie que lo levante hasta la mañana siguiente. Lo digo muy seriamente. Por otra parte, tampoco creo que Ben tenga ningún motivo para estar celoso. Luke y yo nos caemos bien y me he ofrecido a ayudarlo porque gracias a mi madre soy extremadamente educada. Y me cae bien. Y ya está. Ben es mi mejor amigo desde hace catorce años. Esos son muchos años, muchas experiencias, muchos cumpleaños y muchos recuerdos. No es como si ahora por arte de magia cambiase a Ben por Luke. Aunque Ben también es patológicamente celoso y sobreprotector conmigo. Sinceramente, estoy confundida. Luego hablaré con Ben.

-Buenos días alumnos. Os recuerdo que mañana me tenéis que entregar el trabajo sobre "Los Pilares de la Tierra". ¿Os ha gustado?-el señor Williams (que resulta ser el padre de Ashton), es el mejor profesor de secundaria que he tenido. Es comprensivo y además, después de muchas charlas con él, hemos ideado un programa para introducir la literatura juvenil de hoy en día además de leer los clásicos de la literatura. Así, una clase de la semana la dedicamos a la literatura más antigua y otra a la más actual. La única condición es que haya sido considerada best-seller porque el señor Williams consideró que sería interesante ver el motivo de la repercusión de ese libro. Lo mejor de todo es que somos nosotros los que proponemos los libros, y luego hablamos sobre su sentido filosófico, literal y literario, de qué nos ha parecido y entregamos el trabajo del libro. Lo mejor de todo fue cuando un día Clara Hendermann propuso a la clase que leyéramos 50 Sombras de Grey y nuestro buen profesor lo aceptó. Menuda cara se les quedó a los chicos de la clase.

La clase se termina y con ello llega el recreo. Emily y April se acercan a mí muy emocionadas.

-¡Luke es un encanto!-dice April, y Emily asiente emocionada.

-¿Os habéis concentrado en la clase o solo habéis hecho retratos suyos?-les pregunto.

-Bueno, tal vez un poco de ambas...-contesta Emily. Las dos se van corriendo riendo como niñas y yo niego con la cabeza. Estas dos no van a cambiar nunca. Voy hacia mi taquilla y dejo el ejemplar de "Los Pilares de la Tierra". Voy hacia la taquilla de Luke, porque quedé con él en que a la hora del recreo le enseñaría el instituto.

-Hola Sarah.-me saluda Paul. Se me queda mirando y me aparto cuando me doy cuenta de que estoy apoyada contra su taquilla.

-Hola Paul.

-¡Paul, eres gilipollas! ¡Hijo de puta, vete a la mierda!-los chillidos de Lucie creo que se oyen por todo el instituto, y niego con la cabeza mirando a Paul recriminatoriamente.

-Paul...

-¿Sí?-contesta, con voz de niño pequeño. Es una cosa que me asombra de Paul, depende de cómo, parece que no le haya cambiado la voz.

-¿Qué le has hecho a Lucie ahora?

-Yo nada. Se lo ha hecho Greg.-se defiende, y yo pongo los ojos en blanco.

-Deberías dejar de molestar a Lucie. Os pasáis mucho con ella.

-Oh, venga, tampoco es para tanto. Además, se lo merece. Es una falsa que va hablando de todo el mundo a sus espaldas criticando su aspecto. Como si ella pudiese hablar de aspecto.- dice Paul, mirando a una Lucie muy enfadada corriendo hacia nosotros por el pasillo.

-Paul, esto ya no me hace gracia. Devuélveme mis chuletas. -dice Lucie. De mis amigas, Lucie es a la que peor ha tratado la pubertad. Puede que tal vez a alguna de mis amigas les haya proporcionado un cuerpo sin muchas curvas (de esas en las que los playboys se fijan) o algunos granos en la cara. Pero lo de Lucie es otra cosa, porque ella se queja mucho y luego no se esfuerza por mejorar su aspecto. Lucie tiene sobrepeso, y todos los insultos y bromas que le dirigen Greg y Paul ella los atribuye a su peso. Pero he hablado más de una vez con ella sobre que si no le diera tanta importancia, ellos no se meterían tanto con ella. Y respecto a su aspecto, además de su peso, se siente incómoda con todo. Sus gafas, que no son ningún problema. Tiene problemas de visión y las necesita, y si no le gustan podría ponerse lentillas, que es lo que yo hago. Yo empecé a ver mal a los doce años, porque básicamente me destrocé la vista de tanto leer con la luz inapropiada. Ahora llevo lentillas. Tiene muchos granos. Y es bajita. Bueno, de la estatura de Marlene.

-¿Chuletas? Lucie, deberías dejar de copiar en los exámenes. Lo digo como tu amiga.-le digo, divertida. Otra de las cosas que Lucie cree sin remedio son sus notas bajas. Bueno, eso y la altura son las dos únicas cosas que no puede cambiar. Hay gente que no es buena en los estudios y ya.

-No soy tan inteligente como tú, creo que es bastante imposible que deje de copiar.

-¿No conoces la expresión "Hincar codos"?-pregunta Paul. Luke se acerca por el pasillo y los dejo a los dos discutiendo. O más bien a Paul hablando solo, porque Lucie se ha quedado embobada mirando a Luke acercarse lentamente. Y no me extraña. Este chico está para mojar pan. Con ese cuerpo de dios griego bajado del Olimpo, y esos hoyuelos tan adorables cuando sonríe, y esos profundos ojos verdes.... Dios, ¿se puede saber qué me pasa?

-Hola Sarah.

-Luke.-lo llamo, a modo de saludo.

-Mira, éste es Paul, un amigo mío, y antes ya te he presentado a Lucie.-digo, y lo miro a los ojos mientras sonrío. Dios, me siento estúpida ahora mismo.

-¿Vamos?

-Sí. Lucie, ¿puedes decirle a Brianna de mi parte que sé que me ha robado el trabajo de inglés y que quiero que me lo devuelva?-pregunto, para sacarla de su encantamiento.

-¿Qué? Oh, sí, sí, claro. -contesta ella, mirando muy indiscretamente a Luke y repasándolo de arriba abajo. Me alejo por el pasillo con Luke a mi lado y me giro un momento para ver a Lucie mirando aún a Luke, y yo me río.

-Vaya, tienes embobadas a todas mis amigas.-digo, mirando a Lucie divertida.

-Sí, creo que lo he notado. En la clase de arte no paraba de oír risitas detrás de mí y sentía una mirada fija en mi nuca. ¿A caso me ha salido un tercer ojo o una verruga parlante en la frente y no me he dado cuenta? -pregunta, frunciendo el ceño de manera adorable mientras me río.

-No, debían ser Emily y April. Es lo que te he dicho, tienes embelesadas a todas mis amigas.

-No sé por qué. Yo no soy un chico que atraiga a muchas chicas.-dios, este chico debe ser ciego o algo así como para no darse cuenta.

-¿Lo dices por modestia o porque realmente no te has dado cuenta de que es tu primer día aquí y ya tienes a medio instituto babeando por ti?-le pregunto, con una sonrisa dulce.

-En mi antiguo instituto ninguna chica hablaba conmigo nunca.-comenta.

-¿Tienes hambre? Puedo llevarte a la cafetería.

-Tal vez luego.

-Bien, ¿y qué quieres ver? En este pasillo están las aulas de primer y segundo curso. El laboratorio de ciencias es ése de ahí y aquí está el laboratorio de biología. -digo. Le voy enseñando todo el instituto: la biblioteca, el gimnasio, las diferentes aulas... Y finalmente llegamos a la cafetería.

-Oye, Sarah... Gracias por enseñarme el instituto.

-De nada. No me costaba nada hacerlo.

-Para agradecértelo... ¿Te gustaría mañana ir a tomar un helado conmigo?

-Me encantaría.

-Te recojo mañana a las cinco.

Hola querida gente que lee esta historia!! ¿Cómo estáis? Espero que bien. Siento mucho haverme atrasado un día, pero ayer decoré mi casa de Navidad y se me olvidó por completo.

Hoy hay una única pregunta:¿Qué creéis que pasará con Luke?

Y ya está. Esto es todo por hoy. Dejadme vuestros pensamientos en los comentarios, vuestro amor en los votos y nos leemos!!

Mi vida con ellosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora