Entrenador Beom ^_^ YeonGyu

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No por nada, tan solo porque el pelinegro es agradable (o al menos eso se dice a si mismo)

ㅡ Hola. ㅡ Sonríe.

ㅡ ¡Papá! ㅡ Minji corre hasta él al verlo y Yeonjun se agacha para abrazarla.

ㅡ Hola bebé ㅡ Dice apoyando su barbilla en el hombro de su hija.

Minji se aparta con el ceño fruncido y una sonrisa divertida en su rostro.

ㅡ Papá, ¿No hueles mucho a perfume?

ㅡ ¿Qué? Si no me he puesto perfume cielo ㅡ Yeonjun suelta una pequeña risa nerviosa.

ㅡ Papá tengo casi 7 años, no 3.

Yeonjun le fulmina con la mirada, y Beomgyu se muerde el labio para no sonreír.

Y cuando Yeonjun lo mira de nuevo sabe que no hay persona en el mundo que se vea tan bien en una camiseta negra ceñida a su cuerpo, unos pantalones grises de deporte y un silbato amarillo colgado de su cuello.

Sin embargo, él se veía tan bien, que Yeonjun casi quiere rodar los ojos ante la injusticia. ¿No le podía haber tocado un entrenador de cincuenta años, con esposa y tres hijos a Minji?
La respuesta es obviamente no, porque entonces el mundo entero no podía reírse de él y de su caótica vida amorosa.
Espera, ¿Beomgyu tiene esposa?

ㅡ Entrenador Beom, mi papá y yo tenemos una sorpresa. ㅡ Dice sacando al rizado de sus pensamientos.

Beomgyu levanta las cejas debido a la sorpresa de esas palabras y sonríe con emoción.

ㅡ ¿Una sorpresa? ¿Para mí?

ㅡ Sí. ㅡ Yeonjun dice y se acerca un poco más al pelinegro.

Saca de detrás de su espalda la pequeña caja de cartón blanca donde habían guardado las galletas de mantequilla y chocolate para seguidamente entregárselas.

ㅡ Queríamos darte las gracias, por la ayuda del otro día ㅡ Yeonjun explica, y puede que sus mejillas hayan empezado a calentarse una vez más ㅡ Fue muy amable de tu parte.

ㅡ ¡Gracias entrenador Beom! ㅡ Minji exclama y corre a abrazarlo.

Yeonjun no puede evitar que una sonrisa en forma de corazón se dibuje en su rostro ante la imagen. Beomgyu abraza a la pequeña con una enorme y sincera sonrisa, y por alguna razón Yeonjun no siente celos de que alguien más sea tan cercano con su hija.

Por primera vez, se siente bien.

ㅡ Voy a por mis cosas, ahora vuelvo. ㅡDice la pequeña al separarse de su entrenador y echar a correr por el campo.

ㅡ Gracias, no era necesario. ㅡ Dice el pelinegro mientras se levanta.

ㅡ Tampoco que nos llevaras a casa y aún así lo hiciste.

ㅡ No fue nada.

ㅡ Esto tampoco.

Beomgyu sonríe y asiente.

ㅡ Te diré que me han parecido el próximo día que nos veamos.

ㅡ Te van a encantar. ㅡ Yeonjun dice sonriente, colocando sus manos detrás de su espalda.

ㅡ ¿Sí? Te veo muy seguro de ello.

Esta vez Beomgyu tiene una sonrisa divertida en su rostro, la cual casi causa que Yeonjun deje de respirar por unos segundos.

ㅡ Lo estoy, a todo el mundo le gustan mis galletas. Y estas son especiales porque cuentan con la ayuda de una increíble repostera llamada Minji Choi.

Beomgyu se ríe echando su cabeza para atrás como un niño pequeño y seguidamente asiente.

Y Yeonjun puede jurar que su corazón crece un poco ante el gesto.

ㅡ Solo por eso ya van a gustarme. ㅡ Dice, mirándolo a los ojos como si fueran los más bonitos del mundo.

Yeonjun aprieta los labios en una sonrisa y aparta la mirada cuando se da cuenta de que se han quedado en silencio observándose el uno al otro por varios segundos.

Es entonces cuando Beomgyu se mueve para quedar más cerca del rizado, sus vans negras quedan justo delante de las botas de Yeonjun en la mitad del campo de fútbol.

ㅡ Yeonjunㅡ susurra tomando el mentón del rizado para obligar a mirarlo a los ojos.

ㅡ ¿Si? ㅡ Sus ojos verdes se abren con cierto brillo y curiosidad ante la repentina cercanía.

ㅡ Tú hija tiene razón, te has pasado con el perfume.

Intenta no aparentar el nerviosismo y la vergüenza que siente al mantener su mirada en los ojos azules del pelinegro, pero el brillo carmesí en sus mejillas realmente le delatan.

ㅡ Bueno si te molesta no deberías acercarte tanto. ㅡ susurro también.

ㅡ No he dicho que lo haga.

ㅡ ¡Ya estoy! ㅡ Minji grita mientras corre hasta ellos.

Y en apenas un parpadeo, los dos se apartan como si nada hubiera sucedido.