<~Capítulo XXV~>

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Comía tranquilamente, hoy era Lunes por lo cual era el día más estresante de toda la semana, se encontraba en su salón que estaba vacío porque fueron a la cafetería pero el no quiso ir.

Pero una silueta muy familiar apareció en frente de él.

–M-Minho...–murmura, creía que hiba a lanzarse a él en cualquier momento a él.

–Perdón...–susurra mientras miraba el rostro de Han.

–¿Porque te f- fuiste?–solloza, abraza el cuerpo contrario, pero no fue correspondido.

Aleja el otro cuerpo lentamente–No quiero darte problemas...–

–No las das–dice secando sus lagrimas–mis papás apoyan esto...–

–¿Les contaste sobre mi?–pregunto con los ojos abiertos.

–No, pero se los puedo contar, ellos se lo tomarán con tranquilidad, creo–el pelinegro toma una mano del mayor.

–Creo–murmura para si mismo–Mira, yo te amo como no tienes idea, pero no quiero que este amor se termine por culpa mia–

–¿Confías en mi?–el menor lo ve con aquellos bonitos ojos brillantes.

–Mucho–responde acariciando el cabello sedoso del más bajo quien sonríe.

–Quiero...que hoy vayamos a mi casa para hablar con mi mamá, quiero que le contemos como nos conocimos, como quede embarazado de ti, de tu edentidad, todo...–el ojimiel enrolla sus brazos en el cuello de Lee quien lo ve con inseguridad–Confia en mi, no pasará nada...te lo prometo–junta sus frentes.

Tira un pequeño suspiro enamorado, ese niño era de lo más bueno–Okey, lo haré, solo por ti–sonríen.

Se abrazan tiernamente, el menor besa una mejilla del castaño para después ir hasta sus labios y besarlos dulcemente.

–Había extrañado esto–habla Lee tomando a Jisung de la cadera y juntarle más a su cuerpo proporcionarle calor corporal.

–Tambien–dice entre el beso, el ojigris se aleja un poco haciendo que el Omega gruñera un poco, por lo que toma la nuca del Alfa para besarlo con profundidad.

Pronto sus lenguas de encontraron para juntarse y jugar suciamente, el castaño toma el labio inferior de Han para jalarlo con fuerza, el pelinegro jadea por el dolor.

–¡Auch!–el más bajo se libera de la mordida para el hacerle uno igual quien igualmente se queja pues le habia roto labio sintiendo el sabor metalico en su boca.

–Eres un salvaje–el mayor se toca el lugar de la herida.

–Ese eres tú–agarra un cachetito de Minho para presionarlo con un poco de fuerza.

–Lo que digas–besa castamente los labios contrarios–En la salida te esperare en el auto–

–Esta bien–

¿Esta vez no pasará nada? ¿No?



















▫️¿Teacher?📃✒️▫️| Minsung Where stories live. Discover now