Capítulo 1: Encuentro Inesperado

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En una fría tarde de otoño, Taehyung decidió refugiarse en una pequeña cafetería. El sonido de la lluvia golpeando las ventanas creaba una atmósfera íntima y acogedora. Mientras se acomodaba en una mesa junto a la ventana, buscó inspiración para sus pinturas en el mundo exterior.

Jungkook, por otro lado, había decidido tomar un descanso de su agitada vida y disfrutar de un café caliente. Sus ojos se encontraron con los de Taehyung mientras buscaba un lugar libre. Un extraño cosquilleo recorrió su cuerpo, pero decidió ignorarlo y se dirigió hacia la mesa vecina.

Taehyung, al notar que alguien se acercaba, levantó la vista y se encontró con los ojos profundos y cautivadores de Jungkook. Ambos se miraron por un instante antes de desviar la mirada tímidamente.

—Disculpa, ¿hay alguien sentado aquí? —preguntó Jungkook, rompiendo el silencio.

—No, por supuesto que no. Siéntate —respondió Taehyung, sorprendido por la presencia del joven frente a él.

Jungkook tomó asiento y ordenó su café mientras Taehyung continuaba observándolo de reojo. Había algo en él que le resultaba familiar, como si lo hubiera conocido en otra vida.

—¿Eres de aquí? —preguntó Taehyung, tratando de romper el hielo.

—No, soy nuevo en la ciudad. Vine aquí por trabajo —respondió Jungkook con una sonrisa tímida.

La conversación fluyó entre ellos, revelando coincidencias sorprendentes en sus gustos y pasiones. Taehyung compartió su amor por el arte y Jungkook confesó su pasión por la música. Parecía que estaban destinados a encontrarse en ese momento preciso.

A medida que el tiempo pasaba, el ambiente se volvía más cómodo y relajado. Taehyung y Jungkook intercambiaron risas y anécdotas, como si fueran amigos de toda la vida. Sin embargo, había algo más allá de la amistad que los unía, algo que no podían explicar con palabras.

—¿Te gustaría ver algunas de mis pinturas? —preguntó Taehyung de repente.

—¡Por supuesto! Me encantaría ver tu trabajo —respondió Jungkook emocionado.

Taehyung sacó su teléfono y comenzó a mostrarle algunas de sus obras. Jungkook quedó impresionado por la belleza y originalidad de cada una de ellas.

—Eres un artista increíble. Me encanta cómo logras capturar la esencia de cada cosa —dijo Jungkook admirado.

—Gracias, eres muy amable —respondió Taehyung sonrojado.

El tiempo pasó volando y pronto se hizo tarde. Taehyung y Jungkook se despidieron con una sonrisa en los labios, prometiendo volver a encontrarse algún día.

Mientras caminaba hacia su casa, Taehyung no podía dejar de pensar en el extraño sentimiento que lo invadía. Había algo en Jungkook que lo atraía como un imán. No sabía qué era, pero estaba seguro de que quería descubrirlo.

Jungkook, por su parte, tampoco podía sacarse de la cabeza las horas que había pasado con Taehyung. Había algo en él que lo hacía sentir vivo y feliz. Quería volver a verlo lo antes posible.

Este había sido el comienzo de una historia que estaba destinada a cambiar sus vidas para siempre.

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