Cherry | Eren Jaeger.

1. my husband

Busan/Corea.

Los rayos del sol me despertaron de mi sueño profundo, estiré todo mi cuerpo cuando vi la hora; 9:00 a.m. Me quedé dormida y mi esposo dejo que pasara.

-Levi eres un ángel pero es mi trabajo también-me decía a mí misma levantándome de la cama dirigiéndome al baño.

Me alistaba tan rápido como podía, pues tenía que llegar al trabajo en el cual mi esposo es mi jefe pero el insistía en que no era necesario que trabaje, así que me dejó como supervisora, aunque me encantaría ser periodista.

Lista, emprendí mi viaje a la empresa.

-Buenos días, Yelena-salude a la recepcionista.

-Buen día, señora Ackerman-le sonreí en respuesta y fui directo al ascensor, baje de este y camine hacia la oficina de mi esposo.

-Oh, buenos días señora Ackerman-me dio una leve sonrisa la secretaria de Levi.

-Dime Nabi, Petra y buenos días—mencione, ella asintió tímida—¿se encuentra mi esposo en su oficina?—asintó de nuevo a lo que respondi con una sonrisa, al abrir la puerta me encontré con un Levi revisando documentos y con ese traje, es lo más atractivo que he visto.

—Nabi ¿por qué vienes? te hubieras quedado en cama—alzo la vista de los documentos que leía para mirarme.

—Sin ti la cama no es divertida—conteste acercándome a su escritorio—¿no me querías acá? ¿no me extrañas?—interrogue alzando una ceja.

—No es eso pero podías descansar, fue una noche cansada la de ayer—comentó viendo la computadora.

—¿Hablas de lo prohibido o de la cena con tu socio?—camine detrás de su silla y puse mis manos sobre sus hombros.

—Ambas, nena—me acerque a la altura de su cuello repartiendo besos en el—Nabi, estoy trabajando.

—¿Me dirás qué no quieres?—susurre en su oído, sin darme cuenta de un segundo a otro estaba en sus piernas, conecte nuestros labios en un beso, enredo su lengua con la mía, el beso se volvía más profundo al punto de que soltara un leve gemido. Levi besaba mi cuello mientras yo cerraba los ojos ante las caricias de sus manos en mi cintura, todo era tan placentero.

Hasta que escuchamos toques en la puerta.

—Señor Ackerman—mierda.

—Carajo—susurro en mis labios antes de soltarlos a lo que me queje—¿que ocurre, Petra?

—Vengo avisarle que en unos minutos tiene la reunión con el señor Smith—mencionó detrás de la puerta.

—Que dura es la vida con nuestro matrimonio—comentecon disgusto a lo que él me miro dándome una pequeña sonrisa.

—¿Quieres hablar de algo duro?—menciono coqueto, pude sentirlo mientras estaba sentada sobre él.

—Basta, ve a esa reunión y más vale que esto—señale su gran amiguito—este activo en la noche—me levante de encima de él y le di un beso en su labios.

—Mira como me dejas, Nabi—me detuvo sosteniendo mi mano—me hiciste hasta olvidar esa maldita reunión.

—Toma té o ve al baño, mi vida. Ahora debo irme y tu debes encantar a Erwin—camine hacia la puerta pero él me miro con un semblante serio—en la noche seguiremos, amor—le lance un beso de despedida y vi como negaba divertido.

—Adiós, cielo—fue lo último que escuche al cerrar la puerta.

La relación con Levi era perfecta, solo un problema que es la intimidad, desde que nos casamos el decía que cumpliría todos mis deseos pero eso llevo a que se excediera de trabajo y eso significa poco tiempo conmigo. No me quejo pero me encantaría un poco más de su atención

—¡Nabi!—gritó una voz conocida;Ymir, me di la vuelta para visualizarla.

—¡Mi preciosa gay! ¿que tal? tanto tiempo sin verte—la abracé, Ymir es mi mejor amiga, tiene una relación con una amiga de Levi que trabaja en las cuentas de la empresa; Historia.

—¿Qué dices? si el viernes fuimos a cenar con tu querido esposo—correpondió mi abrazo.

—Es mucho tiempo ¿qué haces acá? ¿vienes a ver a Historia?—asintió.

—Pasaba dejándola, voy a desayunar en este momento y después tengo que trabajar, ¿quieres venir conmigo?—preguntó emocionada, sin duda tenía uno que otro chisme.

—Me encantaría pero en un rato sale Sohee de estudiar, tendré que recogerla—camine junto a ella hasta al ascensor—además vengo a "supervisar" por acá.

—Vamos, Nabi. Tu esposo deja que faltes todo un siglo, mejor busca el trabajo que te guste—comentó llegando al ascensor.

—Me encantaría pero no puedo dejar a Sohee, es que no quiero que tenga una madre ausente, imagina con su padre que ni está en casa—las puertas del ascensor se abrieron.

—Mira, desahogate lo que quieras conmigo pero—entro al ascensor—vamos a comer que me muero de hambre, Nabi—rode los ojos ante su desespero.

—Bien—entre con ella—pero me vamos rápido, Sohee sale a las once en punto.

—Como diga, jefa y ¿cómo le va a mi pequeña sobrina en primaria? ¿se está acostumbrando?—asentí.

—Las primeras semanas fueron agotadoras, era algo nuevo levantarse muy temprano para ella—comentaba a la castaña—imagina su padre debe ir a dejarla y yo me quedo dormida, me siento floja en casa.

—Eso es una mujer de casa, aprovecha ese tiempo, aprovecha que Sohee está pequeña —salimos del ascensor y caminamos a la salida—porque solo abren las alas y se van.

—Ni que Sohee fuera pájaro, Ymir—me negaba a la idea de que Sohee creciera, aun no conocía el mundo.

—No tengas miedo de que se vaya, Nabi, debes estar lista. Además dile a Levi que pase más tiempo con ella, sería mejor para los tres—encendió su auto.

—Ni tienes una familia y sabes más que yo—me volteó a ver con una sonrisa— tienes razón, debemos aprovechar el tiempo.

—Por cierto ¿ya no tienes más sueños con ese accidente? ¿dices que lograste ver la cara del sujeto quien conducía?—Ymir hizo que recordara esa pesadilla.

—No exactamente, la última vez que te lo mencioné hasta escuche el sonido de la ambulancia ¿sabes? pero era un chico quien conducía, recuerdo bien esos ojos verdes, es lo que mi mente grabo más y su voz diciendo mi nombre—solo recuerdo y me dan nervios.

—Sueños más extraños los tuyos—murmuro—¿y si vas a uno de esos psíquicos que te hacen dormir y te revelan tus sueños?—negue.

—Solo es una tonta pesadilla, Ymir. Las pastillas me ayudan a dormir mejor estos días—ella asintió no muy convencida, pues estos sueños no eran reales ¿verdad?

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