ㅡ ¿Pero qué ha pasado? ㅡ Beomgyu pregunta preocupado, tomando la mano de la pequeña para guiarla hasta el banco azul e indicarle que se siente.

ㅡ Me caí mientras le intentaba quitar la pelota a Jaeyun ㅡ La niña dice encogiéndose de hombros, como si no fuera la gran cosa.

Aun así, aunque Minji no parecía dolida ni lo más mínimo, Beomgyu por dentro estaba más preocupado de lo que aparentaba por fuera.

Y no era por la herida, no era la gran cosa, tan solo sangraba levemente y eso siempre te hace preocuparte más. Pero era el hecho de que la pequeña estaba a su cargo y había salido herida, y a pesar de que era un deporte y esas cosas pasan, Beomgyu no puede evitar sentirse culpable.

ㅡ Bueno, no es nada. Ahora la curamos. ㅡ El pelinegro dice tomando su bolsa y buscando en ella lo necesario para curar la herida.

ㅡ ¿Tiritas? ㅡ Minji pregunta un tanto tímida, moviendo sus piernas de arriba a abajo.

Beomgyu levanta la mirada de su bolsa para mirar a los ojos verdes de la pequeña y sonríe.

ㅡ ¿Te gustan las tiritas? ㅡ Minji asiente alegremente ㅡ Tengo muchas, podrás elegir.

ㅡ ¡Verde, verde!

Y con una sonrisa, Beomgyu asiente.

ㅡ Verde será.

ˑ 。 ! ≛ ، . ‹ 冬◞¡ ˖ ✶ʾʾ ﹗ ‣ ֶָ֢֪ ‹ ⋆ ‣ ぁ ˖ ›⋆ Ꮺ ָ۰

Yeonjun suspira cuando entra en el campo de fútbol, en busca de su hija. Había sido un día agotador, pero había terminado todas las tartas que debía preparar y ahora podía volver a respirar.
Ve a Minji sentada en uno de los banquillos con Beomgyu sentando en el suelo y no puede evitar sonreír levemente mientras se acerca.

ㅡ ¡Papi! ㅡ Minji exclama levantando los brazos con emoción pero sin moverse del banquillo que se encontraba a la sombra.

ㅡ Hola bebé, ¿Cómo ha ido? ㅡ Dice con su sonrisa una vez está frente a la pequeña.

ㅡ ¡Bien! ¡El entrenador Beom me ha curado la herida y me ha puesto una tirita verde!

El ceño de Yeonjun se frunce tras las palabras de la pequeña, y enseguida mueve su cabeza hasta el pelinegro.

ㅡ Lo siento mucho, no me he dado cuenta y tenía que haber prestado más atención. No volverá a pasar.

En cierto modo, Yeonjun quiere reírse por la preocupación en el pelinegro. Pero intenta no hacerlo porque eso no sería muy adulto y responsable de su parte.

ㅡ ¿Pretendes que no vuelva a lastimarse haciendo un deporte donde estas cosas pasan seguido? ㅡ Pregunta con una pequeña sonrisa.

ㅡ Yo... no lo sé, tal vez ㅡ Suena más como pregunta que otra cosa, y eso saca una pequeña risa a Yeonjun.

Minji mira la interacción entre los dos adultos en silencio y con una pequeña sonrisa, moviendo sus piernas con emoción.

ㅡ No estoy molesto Beomgyu, es normal. Los niños tienen que caer y aprender a levantarse, es algo normal. Además, no es nada grave, solo un pequeño rasguño.

A Beomgyu le alivia que Yeonjun no esté molesto, pero sigue sin poder evitar sentirse un tanto culpable.

ㅡ Sí, pero...

ㅡ Papi ㅡ Minji interrumpe, poniéndose de pie mientras corre hasta su padre ㅡ ¿Podemos comprar tiritas verdes como las del entrenador Beom? No tenemos de ese color y es mi favorito.

ㅡ Por supuesto, cielo ㅡ Acaricia el rostro de su hija con la sonrisa más dulce posible, derritiendo un poco el corazón de cierto hombre de ojos azules ㅡ Ahora ve a por tus cosas para que podamos irnos.

ㅡ Sí, señor. ㅡ La niña hace un saludo militar con su mano.

Minji sale disparada a por sus cosas, corriendo como si no hubiera nada en el mundo que pudiera pararla, ni siquiera una pequeña herida.

ㅡ Gracias por curarle. ㅡ Yeonjun dice entonces, mirando al ojiazul.

ㅡ Por supuesto, es lo mínimo que puedo hacer. ㅡ Sonríe sincero.

ㅡ Entiendo porque Minji está obsesionada contigo. ㅡ Aquello no era exactamente lo que Yeonjun quería decir, pero las palabras habían salido de su garganta antes de que pudiera hacer algo al respecto y ahora sus mejillas se encuentran decoradas por diferentes tonos carmesí.

Eso saca una sonrisa divertida al pelinegro, quien se cruza de brazos mientras hace como si no se hubiera dado cuenta del rubor en las mejillas de aquel hombre rizado.

ㅡ Tengo muchas hermanas menores, supongo que es un encanto natural.

ㅡ Es tranquilizador saber que la dejo en buenas manos. ㅡ Sus mejillas se encienden un poco más, apartando la mirada y comenzando a jugar con sus propios dedos.

En respuesta Beomgyu suelta una pequeña risa, causada por el nerviosismo que Yeonjun parecía tener de repente.

ㅡ ¡Ya estoy, ya estoy! ㅡ Minji grita mientras corre hacia ellos con su mochila entre sus brazos.

ㅡ Gracias de nuevo, adiós. ㅡ Yeonjun susurra tomando la mano de su hija.

ㅡ Adiós ㅡ Beomgyu le responde sin borrar su sonrisa ㅡ Hasta el viernes, Minji.

ㅡ ¡Hasta el viernes entrenador Beom!

Y cuando ve a ambos abandonar el campo, mientras la luz naranjada de la tarde los ilumina, Beomgyu piensa que aquel hombre de cabello medio largo y ojos verdes, es un tanto adorable.

Entrenador Beom ^_^ YeonGyuDonde viven las historias. Descúbrelo ahora