¡Los 4 Ninjas Elementales al Rescate!

Temporada 1: El Inicio del Todo Parte 4

Luego de que Pablo agarrará la pierna de Walter, este le daría un golpe en la cara desmayandolo, para ir tras Diego. Paulina y Medina bajarían a lo más profundo del pasadizo, encontrando el Dojo del sensei, estos, al igual que Pablo y Diego su primera vez, se sorprenderían porque existía una "casa" debajo de una casa, como si de un sotano se tratará.

Medina: Y esto...? - Preguntaría confundido -

Paulina: Parece que alguien viviría aquí. Esa casa está muy arreglada...

Diego: No es una casa, es un Dojo, un Dojo de Ninjas, guerreros antiguos de hace más de 100 siglos.

Diego había llegado. Los había alcanzado corriendo lo más rápido posible, para aparecer en las sombras atrás de ellos, mientras hablaba con un tono serio e imponente. Paulina y Medina asustados se darían la vuelta pero unos kunais atravesarían sus ropas enganchandolos contra la pared, pero Diego, preocupado por sus amigos, se pondría enfrente de ellos preparado para atacar a esa persona que había lanzado los kunais.

Han: Oh vaya, Diego, eres tu. - Diría bajando la mano donde sostenía unos cuántos kunais más -

Diego: Sensei, fue usted quién los ataco?! - Diría Diego exaltado pero algo aliviado -

Han: Si, pues llegaron a mi territorio así de la nada. - Diría el señor Han mientras se acercaba a los dos chicos para quitarles los kunais impregnados en sus prendas -

Medina: ¿Quién se supone que es usted? - Diría arreglandose un poco la camisa -

Paulina: ¿Lo conoces, Diego? - Diría la chica mirando fijamente al chico mencionado -

Diego: Si... El es el señor Han, maestro de artes marciales, maestro de Pablo y mío. Lo conocimos ya hace tiempo y decidimos aprender a pelear para defensa personal y mejorar nuestro cuerpo, por eso mismo hemos tenido una fuerza sorprendente y reflejos impresionantes, a su vez que por entrenar nos hemos trasnochado un poco. Pablo fue el primero en conocerlo y un día de tantas mentiras que me decía, me terminó contando la verdad, vine con él a este lugar y aquí lo conocí.

Walter llegaría al lugar y se acercaría lentamente preguntando que estaba pasando, cosa que Diego primero le daría un golpe en la cara tirando al suelo por lo que le hizo antes, para luego contar nuevamente lo que le dijo a Paulina y Medina. Estos 3 al escuchar la historia, se acercarían al señor Han y le pedirían disculpas con una reverencia por haber entrado a su zona así de la nada. Este solo les daría un rápido movimiento en el estómago haciendolos caer de rodillas, y luego estos le dirían que quisieran ser entrenados por él, a lo que este aceptaría con un poco de nervios, ya que no esperaba más alumnos realmente.

- TIME SKIP -

Ya habían pasado 3 semanas desde que habían entrado al Dojo del señor Han los 3 chicos de los 5 del grupo, y el que más se adapta rápido al nivel de Pablo y Diego era Walter, además de la gran fuerza y resistencia que tenía, este aprendía un estilo de combate grandioso. De parte de Medina, el señor Han tuvo que enseñarle un estilo de combate callejero, ya que Medina daba movimientos sumamente extraños y que no parecían disciplinados como un alumno de artes marciales. Por parte de Paulina, ella tenía un estilo de combate muy regio y disciplinado, pero con una agilidad grandiosa. Ahora los 5 cada día después de clases iban para el Dojo y comenzaban sus entrenamientos diarios, para un día, comenzar con misiones que el sensei Han les iba a poner conforme pasará el tiempo, desde las más fáciles hasta las más complicadas.

En la ciudad existían todo tipo de crímenes durante todos los años, robos, asesinatos, sicariatos, y más, pero hubo un conflicto hace mucho tiempo, cuando el maestro Han era joven, con ninjas enemigos, pero nadie nunca supo de eso, porque los ninjas siempre han sido reconocidos por su sigilo y manera silenciosa de actuar. Aquel disputa que tuvo Han con esos enemigos, por suerte acabo, pero nunca más Han indagó sobre si aún estaban en la ciudad o no, por lo que decidiría mandar como misión a los 5 chicos, una misión de vigilancia, donde deberán poner en practica las enseñanzas que han aprendido con su maestro.