Audere est facere

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Otro lunes había llegado, volvió a hacerle otra broma a su maestra, creía que la mejor forma era seguir con cosas pequeñas, así se hartaría en algún momento y podría irse de ahí, ese día simplemente se sentó a disfrutar de lo que hizo, excepto por una parte de la clase que tuvo que acercarse a Lena para completar lo que tenía preparado.

Había cambiado todos los artículos de su escritorio por objetos de broma, el perforador lo cambió por uno que en vez de hacer los huecos circulares los hacía en forma de patitos, el lapicero con el que corregía lo cambió por uno que le pasaba electricidad, la tiza de la pizarra sonaba como si la estuviera haciendo chirriar solo al ponerla al contacto con alguna superficie y venía el final con todo, antes de que se acabe la clase, Lena parecía fastidiada y su humor iba disminuyendo, hasta que cada cosa en el escritorio pensaba que sería otra broma, Kara se acercó a que le explicara una oración de la práctica de ese dia, mientras lo hacía tomó los chicles que su maestra siempre ponía en su maletín y los cambio por otros que eran realmente ácidos, se dio el trabajo de comprar unos que se parezcan a la marca que siempre llevaba y también ponerles ese empaque, los cambio y tomó su cuaderno cuando su duda fue resuelta.

Se quedó expectante a que pruebe alguno, de raro en rato levantaba la mirada, hasta que al fin, Lena tomó unos de sus chicles y empezó a masticarlo com cualquier día, Kara no entendió que había resultado mal, tal vez no eran tan ácidos o el sabor era parecido al que siempre comía, lo cierto era que la maestra sintió su boca arder de lo ácido que era, de inmediato supo que notablemente era otra broma de la rubia, así que intentó verse natural ante ella, era lo único que podía hacer, lo bueno era que el sabor se desvanecía mientras lo mordía, pero estaba segura de que su lengua estaba realmente irritada.

A la hora de finalizar la clase ni siquiera mencionó a Kara, solo la vio y la rubia sonrió esperando ir con ella para saber si podía darle por fin su carta de retiro de la clase, todos se fueron y ella caminó hacia su escritorio.

-No sabía que le gustaba los chicles ácidos, maestra, me encargaré de traerles más- sonrió con ambas manos juntas detrás de ella

-Ya te dije, haz lo que quieras, no conseguirás que te saque de mi clase ¿Crees que unos objetos de broma me van a molestar? Eres mejor que eso, Kara- emitió con suficiencia y a la vez aburrimiento

-Si sabe que se me pueden ocurrir mejores cosas ¿Por qué no solo me deja ir? Es una carta, un sello y una firma, ni siquiera la tiene que escribir usted, yo lo hago... pero déjeme...

-Kara- la interrumpió -Eres como una niña pequeña que por no cumplirle lo que quiere, hace una pataleta, no voy a dejar que te arruines por un berrinche, así que se madura, toma la clase y se acabó, eres buena en el latín, demuestras capacidad en el idioma, solo deja esta tonta guerra de bromas, te peleas tú contigo misma- trataba de ser razonable y explicarse

-No me gusta que me de la razón...

-No te basta, que es diferente, quieres que te expulse de mi clase, ya te dije que no lo haré, podemos tener esta conversación mil veces más si quieres, pero no obtendrás lo que buscas, así se te ocurra la ridiculez más grande, no te voy a hacer caso, entiéndelo de una vez, estás en lo mismo desde la primera clase, ya no me sorprende nada, por favor, detente

-Firme mi carta de retiro y me detengo- determinó

-Eres imposible- suspiró exhausta -No te quiero ver más, vete ahora

-Pero, maestra Luthor

-Dije que te vayas

Kara tomó sus cosas sintiéndose mal, nunca la había visto molesta, no sabía cuánto tiempo más tomaría el que la saque de esa clase, había averiguado otras opciones, ,pero aún necesitaba semanas, tiempo en el que no quería estar ahí.

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⏰ Última actualización: Nov 23, 2023 ⏰

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