Halley retrocede un paso.

—¿Cobrártelas?

Él la mira seriamente. Luego esboza una sonrisa.

—Y eso que no me tienes miedo.

Continúa caminando.

 —¿Qué quieres de mí? —le pregunta a ella —¿Por qué te ensañas conmigo? Me metiste en problemas con la dirección dos veces, a veces haces que piense que me harás algo malo, pero luego sales con otra cosa, como eso en la biblioteca.

Hunter se detiene.

—¿Hablas del beso?

—Sí, y no entiendo por qué haces eso —camina hasta estar parada frente a él y lo mira a los ojos con firmeza y sin reflejar nada de miedo—. Ese fue mi primer beso, y eso para mí debió ser algo especial, pero tú lo arruinaste porque hiciste aquello solo por un juego.

Él alza una ceja.

—¿Un juego?

—Claro está, ¿y sabes qué? Quizás ya no te tengo miedo. Ahora te tengo fastidio.

Camina, pasándole al lado.

 Al día siguiente, estando bebiendo agua de una fuente en un pasillo, ve a dos gárgolas de nombres Donovan y Jacob, acercarse a ella.

—Miren a quién tenemos aquí —dice el segundo—. La mascota de Hunter.

Donovan ríe.

Halley respira profundo y junta sus libros a su pecho.

—Permiso.

Les dice intentando avanzar, ya que ellos le bloqueaban el paso.

—¿Qué pasa, amiga? ¿Por qué tan molesta de repente? —Le pregunta Donovan.

 —Porque ustedes dos son unos... ¡Tontos! —responde ella— Primero me amenazan, luego me tratan como tonta, y para colmo me obligan a ir a su madriguera para ver a ese sujeto demente —frunce el ceño—. Pero ya no más. Yo vine a este colegio para estudiar, no para estar lidiando con zánganos como ustedes.

Los chicos levantan sus cejas.

 —Y para que les quede claro, yo no soy la mascota de nadie, ni de su amigo. En tal caso, las mascotas de él serían ustedes dos, que son los que andan de perros falderos detrás de él.

Jacob frunce el ceño y mira a Donovan.

—¿Oíste cómo nos llamó la ñoña esta?

—¡Ñoña tu abuela! —le dice ella.

Después de eso, se va.

Jacob abre la boca sorprendido.

 —¡Qué atrevida! Ahora, como vio que Hunter no le hace nada, se siente muy valiente —se cruza de brazos—. Nuestra reputación quedará por el piso ante todos si ven que una chica precisamente como ella nos habla como le dé la gana.

Donovan ríe.

—Pues al final la ñoña resultó ser distinta a todos los demás. Por eso le gusta a él.

Jacob lo mira.

—¿De qué hablas?

 —¿Me vas a decir que no lo has notado? —señala con la boca hacia donde iba Halley caminando— ¿No ves que el diablo actúa distinto con ella? Es obvio que le gusta, y mucho.





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