Capitulo uno

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—Señor Hwang.

Jeongin parpadeo.

Su vista nublada no le permitía ver las siluetas a su alrededor por completo, eran difusas y sus olores tan intensos.

Parpadeo otra vez.

Intento enfocar pero las luces eran muy fuertes.

—Señor Hwang se que está confundido pero necesito hacerle unas preguntas.

De nuevo esa voz.

¿Que estaba pasando?

Jeongin se rindió y cerró los ojos de nuevo permitiéndose caer en la bruma. Se sentía envuelto en una burbuja, sin luz sin sonido sin nada.

—Lo perdemos de nuevo, llamen a...

Algo ardió en su pecho y perdió el aire y, en medio de un frenético sueño, volvió a despertar.

Un pitido constante lo sobresaltó. La fría e impersonal decoración del lugar evidenció donde se hallaba. La habitación de un hospital.

Probó enderezarse pero el dolor agudo en su cabeza se lo impidió, gimió bajito anonadado por el pulsante ardor.

Oyó ruido a su izquierda pero no se atrevió a moverse.

A los segundos, una mano fuerte tomó la suya y ante su vista se interpuso un hombre. Jeongin parpadeo, sus ojos sensibles aún no lo dejaban ver bien.

—¿¡Innie!?

Jeongin intentó reconocer al hombre pero era tarde, este salió corriendo de la habitación gritando por un doctor. Intento moverse y observar un poco todos los aparatos que lo rodeaban, los pitidos eran intensos y su boca estaba tan seca.

Por alguna razón, su cuello ardía.

Tan pronto como se había ido el hombre volvió. Pudo verlo mejor esta vez, era alto, fuerte y pelinegro. Era muy atractivo. Y un alfa.

Jeongin no recordaba haberlo visto antes.

Pero su olor era tan palpable para los adormecidos sentidos de Jeongin que se sintió un poco cohibido cuando este tomó su mano de nuevo.

—El doctor ya viene. —aseguró con la respiración agitada. —Innie amor, no sabes cuánto te extrañe. —el alfa se inclinó y dejó un ligero beso en los agrietados labios de Jeongin. —Estaba tan preocupado.

Jeongin se tensó sorprendido.

El pelinegro se veía tan consternado mientras lo observaba con los ojos vidriosos y aferrándose a su mano como si en cualquier momento Jeongin fuera a desaparecer.

—Yo... —un ataque de tos interrumpió su intento de hablar.

Le dolía.

Todo su pecho quemó mientras su garganta extremadamente seca intentaba recuperarse de la tos.

El extraño le acercó un vaso con agua.

Cada pequeño sorbo fue glorioso.

—No te fuerces, amor, esperemos al doctor. —la preocupación y el cariño desbordaban en sus palabras.

Jeongin asintió cada vez más consternado.

¿En donde estaban sus padres? ¿Quien era ese sujeto? ¿Y por que lo trataba así?

Cuando el doctor junto a la enfermera aparecieron, Jeongin se sintió un poco más aliviado hasta que el primero habló.

—Señor Hwang, es bueno finalmente verlo despierto. —saludó el doctor.

¿Señor Hwang?

La bonita enfermera se acercó y comenzó a revisar las máquinas que lo rodeaban. El doctor y el hombre que sostenía su mano lo miraban atentos.

Se sentía intimidado y bajo escrutinio.

Intento hablar de nuevo.

—¿Que me pasó? —tartamudeó en una voz tan rasposa que dudaba que fuera suya. El alfa acarició su mano dándole el consuelo que no sabía que necesitaba.

—Tuvo un accidente de auto, señor Hwang.

Ahí estaba de nuevo.

Jeongin soltó la mano del alfa y se encogió lo más que pudo en la cama, estaba confundido y adolorido. Se sentía tan perdido.

Quería llorar pero se sentía físicamente incapaz.

—No entiendo. —dijo para absolutamente nadie.

Hubo un silencio contundente por un breve momento que Jeongin temió.

—Señor Hwang, ¿Que es lo último que recuerda?

Fue como descorchar una botella. Todo paso de golpe.

El ambiente cambió por completo.

La actitud alegre y atenta del alfa cambio y su olor se espeso en algo moribundo.

Él omega se sintió triste de pronto sabiendo que era su culpa.

Quiso consolarlo, su omega lloraba por consolar al desolado alfa pero no lo hizo, ni siquiera lo miro.

La enfermera se tensó visiblemente a su lado esperando las instrucciones del doctor.

—¿Le parece mejor que me refiera a usted como Jeongin? —tanteó. Jeongin asintió. —Bien. —aceptó el doctor. —Tuviste un accidente hace 9 semanas, Jeongin y el traumatismo te dejó en un estado comatoso hasta ahora, ¿recuerdas algo antes del accidente? —preguntó.

—No... no puedo- yo-.

El doctor asintió en un gesto amable.

—Está bien, haremos unos cuantos exámenes más para conocer mejor el panorama. —el doctor le sonrió compasivo, Jeongin podía sentir el malestar de todas las personas en la habitación. —Sana realizará una revisión de rutina mientras habló con tu alfa.

Jeongin finalmente miró al alfa a su lado, la compresión lo golpeó.

Pero a su vez, ese hecho lo confundió más.

No podía ser.

—¿Que? No... ¿mi que? —se quebró.

Quiso pedir por su madre pero dudaba que fuera a aparecer, había algo doloroso en su corazón que le afirmaba que estaba solo.

El alfa se acercó e intentó tomarlo en brazos pero Jeongin no lo dejó.

Lo rechazo y este lo acepto sin rechistar alejándose y dándole su espacio. Eso hizo sentir más culpable a Jeongin.

—Se que debes estar muy confundido, Jeongin y esto puede ser difícil pero tememos que debido al traumatismo craneal que sufriste has perdido parcialmente la memoria.

De inmediato todo tuvo un poco más de sentido.

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Holis<3

Capituló sin editar^^

Charmer | Hyunin Donde viven las historias. Descúbrelo ahora