Desde el primer momento en que te vi supe que había algo más que belleza en ti...
~ • Eres mi alma y mi mente, eres mi preciosa joya, eres mi alegría y felicidad en este vasto mundo.
Eres mi derrota y mi victoria, eres mi compañera y mi alma gemela...
— No hizo una reverencia. — recordó, fingiendo ser amable. — Soy la esposa del sultan, debe reverenciar ante mi.
El rostro de Ibrahim se contrajo de rabia, mirándola fijamente, mientras la pelirroja soltaba una suave risa.
— No se preocupe, lo pasaré por alto esta vez. — siguió sonriéndole. — Pero ya sabe, no reverenciarse ante un miembro tan importante de la dinastía, como yo, es suficiente motivo para la ejecución.
La mirada de la pelirroja era de absoluto orgullo, sabiendo que había dado justo en el clavo, el paşa estaba furioso.
— Hasta luego paşa. — le sonrió una última vez, alejándose por el pasillo.
•~•~
Palacio Topkapi; 1531.
— Sultana, se ve preciosa. — halagó Nuray, dándole una sonrisa.
— Preferiría quedarme a cenar con mis hijos. — se limitó a responder, arreglando su corona. — Pero el sultan me pidió que fuera al harén.
— El sultan aun se muere por usted. — Nuray sonrió con complicidad.
— Me gustaba mas cuando no eras tan formal. — recriminó. — Eras mas divertida.
— Ahora eres la esposa el sultan del mundo, no puedo seguir haciéndolo. — negó.
— No seas ridícula Nuray, dime algo, ¿que tienes con Orhan? — preguntó directamente, mirándola a los ojos.
— ¿Yo? — la joven palidecio, sin saber que decir.
— Eres la única persona aparte de mi en estos aposentos, asi que si, hablo de ti. — le sonrió con complicidad. — ¿Te atrae?
— Sultana, ¿por qué me pregunta eso? — la miró confundida.
— Porque no soy ciega y mucho menos tonta. — se encogió de hombros. — Puedo notar que ustedes dos se miran, así que quiero saber que tan serio es...
— Estoy enamorada del paşa, sultana. — admitió.
— ¿Y el? — preguntó directamente.
— Corresponde a mis sentimientos, pero dice que tiene un deber por encima de ellos. — resopló.
— Lo hablaré con él, Nuray. — le sonrió, notando como Mehmed ingresaba a los aposentos molesto.
— ¿Mehmed? ¿Que ocurre amor mio? — preguntó, pidiéndole con la mirada a Nuray que se retirara. — ¿Quien te ha golpeado?
— Nadie, madre. — negó molesto.
— ¿Seguro? — la pelirroja acarició su mejilla, dejando un beso sobre el golpe.
— Bayezid. — admitió. — Lo he golpeado primero.
— ¿Por qué, querido? ¿Que ocurre? — lo miró intrigada.
— Dijo que eras una bruja, mamá, que eras una serpiente y que estabas envenenando al sultan. — soltó furioso. — La sultana Mahidevran intervino, dijo que le diría todo al sultan, que nuestro comportamiento no era digno de un príncipe.
— Mahidevran tiene razón, cariño. — su mirada se suavizó. — No puedes comportarte así, eres el hijo de un sultan mi amor, no es un comportamiento adecuado, no debes pelear con tus hermanos.
— Pero mamá...
— Pero nada, Mehmed, ya te lo he dicho, tu no eres como ellos, tu eres mi hijo, el hijo de la única y legitima esposa del sultan, debes comportarte apropiadamente. — tomó su mentón, obligándolo a levantar la cabeza. — Quiero que te mantengas alejado de Bayezid, ¿está bien?
— Si mamá. — asintió, aun sin borrar la molestia de sus ojos.
— Perfecto, mañana comenzaran tus clases. — le indicó. — Quiero que te prepares bien, querido.
— ¿En serio? — sonrió emocionado.
— Por supuesto, ya lo hablé con el sultanes. — asintió. — Iskender paşa se encargara de enseñarte todo lo que necesites saber de estrategias y combate, Burak va a enseñarte todos los idiomas que desees aprender, Orhan te enseñara sobre medicinas, para que estes preparado siempre y Serán, junto a Bali bey, te enseñaran a manejar el arco y la espada, serás el príncipe mas inteligente y mejor preparado del mundo, cariño.
Sonrió, acariciando sus cabellos, mientras el niño sonreía también, ansioso por aprender.
•~•~
Mihrimah entró al harén, siendo presentada por el agha, haciendo molestar a la sultana madre, quien ni siquiera la miró.
Date se acercó a ella, informándole que no tenía permiso de sentarse junto a las sultanas, sino que debía hacerlo en el otro extremo.
La pelirroja no se opuso, simplemente sonrió, sentándose frente a las mujeres, dándoles una mirada rápida.
— ¿Quien es esa mujer? — Aybige preguntó hacia Hatice, mirándola con curiosidad.
— El la sultana Mihrimah, la esposa legítima de nuestro sultan. — sonrió, diciendo lo último en voz alta, con toda la intención de molestar a las demas mujeres en el lugar.
— Es bonita, muy bonita.
¡Gracias por leer!♥
Los amo, besos 💜✨
Dejo una fotito de Mihrimah toda divina para la fiesta en el haren.
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