Dynasty ||•Sultan Suleyman•||

Capitulo 16

— Oh, antes de que lo olvide. — Hatice sonrió, sacando un pequeño amuleto. — Tomalo y prendelo a tu ropa, te protegerá de las malas vibras.

— Gracias Hatice. — ella le sonrió. — Deseo que encuentre a un buen hombre que la haga feliz, no creo que nadie mas en el palacio lo merezca tanto como usted.

— Tal vez sea tarde para mi Mihrimah. — ella negó.

— No lo es sultana, seguro que el destino le tiene preparado algo muy bello. — le sonrió. — Confíe en mi, estoy segura de ello.

— ¿Ahora ves el futuro? — ella le sonrió.

— Oh no, yo soy quien lo crea. — la joven le dio una sonrisa deslumbrante, haciéndola reír.

— Mi hermano tiene razón, eres muy impredecible Mihrimah. — ella la miró, justo cuando sus risas se vieron interrumpidas por la llegada del sultán.

— Su majestad. — ambas mujeres reverenciaron.

— Hatice, ¿que te trae por aquí? — el la miró con una sonrisa.

— Vine a ver a Mihrimah, quería saber como se encontraba y si necesitaba algo. — sonrió.

El sultan observó a la pelirroja, quien sonreía alegre, al parecer ambas se llevaban muy bien y el ni siquiera lo había notado.

— La sultana Hatice sin duda es una mujer muy bondadosa. — sonrió Mihrimah, observando al pequeño niño frente a ella. — Y tu pequeño hombrecito, ¿cual es tu nombre?

— Soy el príncipe Mustafá, debes reverenciarme. — el la miró.

— Oh, lo siento mi príncipe. — Mihrimah hizo una pequeña reverencia, dándole una sonrisa.

— Mustafá, ella es la señorita Mihrimah. — el sultán la miró.

— ¿Porque estas hinchada? — preguntó el niño. — ¿Comiste muchos postres hoy?

— Tu hermano está dentro de su panza. — el sultan le explicó. — Cuando llegue jugaras mucho con el.

— Pero no quiero mas hermanos, ya tengo suficientes. — Mustafá negó.

— Vamos Mustafá, ven conmigo. — Hatice lo tomó de la mano, llevándoselo con ella.

— Mi hermoso sol y mi luna. — susurró el sultán. — Mi amor, el embarazo te hace lucir mas resplandeciente.

— ¿Es esa una disculpa porque su hijo me llamó gorda? — Mihrimah sonrió divertida.

— Es una confesión de un hombre enamorado. — Suleyman sonrió, robándole un corto beso.

— ¿Va a contarme de que hablaron en el consejo hoy? — ella lo miró con una sonrisa.

— Por supuesto que lo haré. — el se sentó junto a ella.

— Haremos una campaña, iremos a Buda. — el sonrió.

— ¿Buda? ¿Por qué no la Isla de Rodas? — ella preguntó.

— Rodas es un pez grande Mihrimah, no se si el ejercito está preparado para ello. — el sultán la miró.

— Pero todos esperan que Buda sea el siguiente lugar, hacer una campaña para la Isla de Rodas los tomaría por sorpresa. — ella le sonrió. — No hay nada mejor que la sorpresa para ganar una guerra.

El sultan la miró con una sonrisa, en cierto modo la pelirroja tenia razon, ¿por que no arriesgarse un poco? Tal vez podrían ganar, eran un ejercito poderoso y tendrían el factor sorpresa de su lado.