Capítulo 3

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Recomendación musical: "Faded", Alan Walker.

Capítulo 3:

Día 10.

—Malfoy —logró susurrar.

Había estado a punto de atacar a Malfoy. Él todavía la inmovilizaba con fuerza contra la pared, y aunque ella había movido las muñecas para indicarle que le hacía daño, Draco había tardado unos largos segundos en liberarla. Después de dedicarle una mirada de soslayo, Hermione estiró una mano y presionó el interruptor de la luz. Él miró impresionado al techo, parecía sorprendido de que se hubiera iluminado la habitación con un simple botón. Luego la miró a ella.

—Tienes un aspecto horrible —comentó, arrugando la nariz. Luego arqueó una ceja al percatarse de su pijama.

—No va a verme nadie más que tú —espetó ella—. Y lo que tú pienses me da igual.

Hermione no sabía si se alegraba de verlo. Si la alternativa a estar sola era estar con él... incluso en esa extraña situación en la que todo el mundo se había esfumado no tenía muy claro por qué opción inclinarse... aunque todo indicaba que seguramente preferiría seguir sola.

—¿Por qué ibas a atacarme? —preguntó él al fin.

—¿Por qué entras en mi casa de madrugada?

Draco puso los ojos en blanco.

—Hasta donde sé el mundo se ha ido a la mierda. Se acabaron los formalismos —respondió.

Ella lo miró con suspicacia.

—¿Cómo has sabido dónde vivo?

Él dio un largo suspiro antes de responder.

—El Ministerio de magia tenía una enorme habitación donde guardaba los registros de todas las brujas y magos, ya sabes, desde dónde viven hasta su estatus de sangre. Mi padre me lo enseñó una vez, tiempo atrás. Ha sido más difícil encontrar tu casa entre tantas calles que entrar allí.

—¿Por qué hablas en pasado? —Hermione no había pasado por alto ese pequeño detalle.

Draco frunció el ceño levemente.

—Recuerdo que cuando fui la primera vez había cientos y cientos de estanterías con carpetas de todos los tamaños y colores amontonadas en ellas. Las estanterías siguen allí, aunque ahora sólo quedan dos carpetas.

El silencio los envolvió durante unos segundos mientras ella asimilaba lo que acababa de decirle.

—Tú y yo —murmuró, conmocionada. Ron, Harry, Ginny, Luna, Neville... Todavía era difícil adaptarse al hecho de que ya no existieran... Porque era eso lo que significaba aquello, ¿no?—. No puede ser...

Hermione había empezado a hiperventilar de nuevo, pero había sido capaz de escucharlo bufar ante su reacción. ¿Tal vez le parecía algo sin importancia? ¿No sentía el mismo escalofrío que sentía ella recorriendo su espalda al pensar en la situación que estaban viviendo? La gente había desaparecido, literalmente, y no habían dejado nada tras ellos. Ya no había constancia de que hubiera existido alguien más aparte de ella y Malfoy.
Hermione miró su expresión aburrida buscando una respuesta a su comportamiento.

—La idea de que parezca que sólo quedemos nosotros en el mundo tampoco es demasiado atractiva para mí, Granger —dijo él.

—Si es tan malo tenerme cerca, ¿entonces por qué me has buscado? —quiso saber ella.

Draco miró a su alrededor con indiferencia.

—Fuiste tú quien dijo que debíamos permanecer juntos.

Just the two of usWhere stories live. Discover now