CAPÍTULO 4

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Saliendo del duro entrenamiento, se acercó al entrenador con dolor.

—Señor Akutagawa, ¿puedo renunciar a mi entrenamiento?

—Haz lo que quieras.

Sopesó las condiciones de renunciar, porque no era fácil. Si ellos podían contra él, los demás lo harían papilla en segundos.

Por otra parte, su tío buscaría la forma de obligarlo.

—Espero que a la próxima me ponga con una mujer.

Akutagawa frunció el ceño, le costaba acostumbrarse al hecho de que su hermana pareciera varón. Asintió a la petición.

ConfundidoWhere stories live. Discover now