CAPÍTULO 3

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El chico desafió a Michizou, lo hacía retroceder y lanzaba sus puños. Michizou respondía bien, pero no atacaba ni se defendía.

—Alto —ordenó—. Tienes buenos reflejos, pero no es suficiente —hizo una seña para que el chico actuara en serio con Michizou.

Antes que Michizou se diera cuenta, su compañero debilitó sus piernas con una patada, cayó por el impacto y abrió los ojos al ver el puño frente a él en el aire. Tembló por la impresión.

Después de todo, el tío Fukuchi no lo subestimaba como creía.

ConfundidoWhere stories live. Discover now