"la verdadera esposa"
Dicen que la ausencia hace que el corazón crezca más... Lo único que había mantenido vivo al Príncipe Pícaro todos estos años era la perspectiva de volver a ver a su sobrina, su querido pequeño dragón.
Porque para él, ella era el único miembro de su familia que ya importaba.
Durante todas esas noches, en esa isla en medio de la nada, tuvo tiempo de pensar en su vida y en lo que quería hacer con ella si sobrevivía a esta guerra.
Y ya lo tenía claro. Quería tomar a Rhaenyra como su esposa y ser el marido y consorte que ella merecía tener. Para él ella nunca sería una segunda opción, era la única.
Ya era hora de que creciera y dejara de correr.
Siempre hubo un vínculo especial entre ellos. Pero durante su última estancia en la capital había habido una cierta tensión que antes no existía. Y sin saber cómo reaccionar ante esta nueva situación se había refugiado en la calle de la seda. Sin mucho éxito, pues de ahora en adelante su sangre ardía sólo por su sobrina.
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Pero antes de que su deseo más querido pudiera hacerse realidad. Tenía que deshacerse de un pequeño problema.
Su primera esposa, Laena Velaryon.
Sabía que algún día llegaría a arrepentirse de esta decisión y ese día había llegado.
Pero ¿qué otra opción tenía en ese momento? Era la primera hija que tendrían Corlys y Rhaenys Velaryon o Rhea Royce del Valle. De mala gana había aceptado la propuesta de su abuela. Y existía la posibilidad de que su prima nunca tuviera una hija.
Desafortunadamente, el destino estaba en su contra en este caso y así fue como se casó con Laena Velaryon varios años después, después de jurar que el matrimonio solo se consumaría cuando ella fuera adulta.
Esto le convenía perfectamente porque no tenía gusto por los niños y en cualquier caso no tenía intención de honrar este matrimonio sin importar que ella fuera de sangre valyria.
Porque a diferencia de su abuela, él había visto, al igual que su abuelo, la ambición de Corlys (por eso el Rey no había nombrado a Rhaenys su heredera) y era imposible que fuera él quien lo ayudara a lograr su objetivo.
Con esta guerra tuvo una manera de defender su caso ante Viserys y pedir la anulación.
Corlys iba a lamentar su decisión de involucrar a Daemon en el conflicto de Stepstone.
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Entonces, una vez ganada la guerra (completamente gracias a él), fue con esta idea que regresó a Desembarco del Rey.
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Cuando entró en la sala del trono, se dio cuenta de inmediato de ella, su amada sobrina, había necesitado todo su autocontrol para no correr hacia ella para tomarla en sus brazos y no soltarla.
Pero eso corría el riesgo de causar una mala impresión mientras él quería ganarse los buenos favores de su hermano.
Estaba dispuesto a hacer cualquier cosa para que Viserys le concediera su anulación y aceptara su unión con Rhaenyra.
Su cálida bienvenida y la forma en que lo miraba solo lo motivaron aún más a cortejarla.
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Las siguientes semanas fueron las mejores de su vida. Daemon y Rhaenyra se habían vuelto casi inseparables, era imposible para él recordar un momento en el que hubiera estado tan en paz.
