todos ven a las personas por sus físicos denotando así su casta, alfas, betas y omegas. pero la apariencia es engañosa.
¿quien diría que bakugo katsuki el chico rudo y grande podría ser omega?
¿quién creería que la tierna TN sería la alfa de este mi...
Como había llegado a esta situación, ella estaba sobre él en la cama, no tenía escapatoria y ella seguía besando y oliendo su cuello, las manos de la alfa estaban tocando su cintura pasando brevemente a sus muslos.
Él dio un empujón, pero un gruñido de la alfa medio despierta lo paralizó, aquella estaba Roja con el seño fruncido y aquella erección notoria bajo los shorts, él la empujó de nuevo y salió corriendo, en su cuarto comenzó a respirar lento, su cuerpo estaba cerca de su celo y que la alfa actuara así solo lo empeoraba.
-mierda, maldita alfa...-
Miro al espejo y vio como quedaron leves marcas ahí, su mano tocó aquel lugar sintiendo escalofríos ante el tacto, vio sus pantalones, claramente estaba excitado, suspiro y comenzó a preparar todo para su celo, pues iniciaba mañana.
-espero y nadie se atreva a venir-
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-Alguien ha visto a Nakamura y bakugo-
La joven Momo preguntaba pues ninguno había salido desde ayer, la mayor parte de los alumnos negaron tomando su cabeza pues seguían con resaca.
-solo sé que ayer se fueron juntos a las habitaciones-
La afirmación de Mina alertó a los demás, un alfa y un omega juntos y ahora ninguno estaba presente.
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-joder...-
La alfa se encontraba encerrada bajo llave pues su celo se había adelantado, no sabía por qué, pero el masturbarse todo el día ya no servía, sus colmillos picaban y sus ojos eran de color amarillo cuando normalmente eran azules, la puerta fue tocada haciéndola gruñir.
-Nakamura San está bien?-
El llamado de un chico la hizo pararse por instinto aquel que hablaba era izuku midoriya, un omega que no sabía del celo de la alfa, solo vio como la puerta se abrió brusco y era jalado al interior de la habitación y arrojado a la cama.
Sus ojos vieron a la alfa, estaba desnuda y con sus ojos brillando en tonos amarillos, su sonrisa coqueta mostraba los colmillos, ahí se había dado cuenta donde se había metido, la alfa sobre el Quito la camiseta del pecoso atacando inmediatamente el cuello del pequeño omega, era cubierto de besos húmedos y varias mordidas leves, sus botones rosados eran estimulados con las manos de la chica siendo un poco brusca en la acción.
