LOS ONESHOTS NO SON MÍOS SON SACADOS DE TUMBLR ; de todas formas las que yo no halla hecho le daré el reconocimiento al creador :)
También habra fotos de cada personaje al principio o al final de el "capitulo".
Fecha de comienzo: 12 de marzo de 2024...
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Blaise te recorrió los costados con los dedos y los dos notasteis la piel de gallina que dejaba a su paso. Le encantaba provocarte, alargar las cosas hasta que te apretabas los muslos y te morías de deseo por él. Era el primer hombre con el que habías estado y sabías que nadie podría compararse a él. Era embriagador.
Pero al ser el primer hombre con el que habías estado, Blaise sabía lo inocente que eras. Sabía que no habías hecho mucho antes de él aparte de tocarte. Y le encantaba encontrar nuevas formas de dejarte temblando por él. Esta noche no iba a ser diferente.
"¿Alguna vez alguien ha puesto su boca sobre ti?" Preguntó bruscamente, con una aspereza en la voz que te hizo saber que no quería hacer otra cosa que eso.
"¿Qué quieres decir?" Preguntaste ingenuamente, con las cejas fruncidas. Blaise había tenido sus labios casi por todo tu cuerpo. Tu cara, tus pechos, tu estómago, oh. Oh.
"¿Alguna vez alguien te ha puesto la boca encima aquí?". Volvió a preguntar, aclarando, mientras hundía dos dedos entre tus muslos para acariciarte ligeramente el clítoris a través de las bragas.
Inmediatamente se te escapó un grito ahogado, tanto por la sensación como por la idea de que Blaise hiciera eso. Ahora que lo mencionaba, lo deseabas desesperadamente.
"No -respondiste débilmente, pero sabías que él conocía las respuestas de todos modos.
"¿Te gustaría que lo hiciera?" Preguntó, con la cara tan cerca de la tuya que vuestros labios se rozaron mientras hablaba. Asentiste dócilmente, pero él no lo toleró. "Usa tus palabras, cariño", dijo, y casi sonó como una burla.
"Por favor", exhalaste, con los ojos luchando por no cerrarse mientras él aumentaba la presión sobre tu clítoris.
"Te va a encantar", dijo, con una sonrisa juvenil poco habitual en él, haciéndote saber lo excitado que estaba por ser el primer hombre que te hacía algo así.
A un ritmo tortuosamente lento, te desnudó y te colocó exactamente como quería, completamente expuesta ante él. Sus manos estaban por todas partes, posesivas con cada roce, y su boca besaba cada centímetro de tu piel, además del lugar donde más lo deseabas.
Finalmente, se tomó su tiempo para acomodarse entre tus piernas abiertas. Al principio, no hizo ningún movimiento para devorarte, sólo miró entre el vértice de tus muslos tu brillante excitación con una sonrisa burlona.
"No sabes lo que me excita verte así de mojada", musitó en voz baja.
Te retorcías bajo su mirada, deseando que te hiciera algo, pero no te dejó esperando mucho tiempo.
Empezó con pequeñas lamidas de gatito por tu raja, un gemido salió del fondo de su garganta cuando por fin te saboreó. Sus lamidas de gatito se convirtieron en caricias completas y decididas de su lengua arriba y abajo de tu raja, prácticamente encerrándose en un beso acalorado con tu otro par de labios.
No sabías si querías mirar o no, la imagen de él devorándote hacía que la cabeza te diera vueltas y los muslos te temblaran. Finalmente, decidiste cerrar los ojos y dejar que tu cuerpo disfrutara de las sensaciones, pero Blaise tenía otras ideas.
"No me quites los ojos de encima, cariño. Si vuelves a cerrarlos, paro", te advirtió, sin perder tiempo en volver a penetrarte.
Sin más remedio, mantuviste la mirada fija en él mientras se perdía en darte placer. Tener a un hombre entre las piernas era más erótico de lo que pensabas.
Cuando su lengua se arremolinó alrededor de tu clítoris, luchaste por mantener los ojos abiertos, pero no pudiste contener el gemido que salió de tus labios.
"¿Te esta gustando, pequeña?" preguntó con una sonrisa orgullosa en la cara.
Te observó mientras lo hacía de nuevo y luego succionó tu clítoris entre sus labios, forzando otro grito de tu boca.
"Mucho", lograste murmurar, sabiendo que él disfrutaba cuando hablabas entre gemidos.
"Buena chica", sonríe, sustituyendo despreocupadamente su lengua por dos hábiles dedos mientras se aparta para mirar tu pecho agitado y tu cara sonrojada. "Quiero que te corras en mi lengua. ¿Crees que puedes hacerlo por mí?"
"Sí, por favor", jadeaste mientras él dejaba que sus dedos te penetraran y su boca volvía a posarse en tu clítoris.
Te llevó suavemente al orgasmo, sin querer abrumarte todavía con el placer de su boca. Su lengua y sus dedos jugaron con tu cuerpo con maestría, sin detenerse hasta que te tuvo exactamente donde quería. Cuando llegaste al orgasmo, tus muslos temblaban alrededor de su cabeza y tenías las manos tan metidas en las sábanas que tus nudillos estaban blancos. Te corriste gritando su nombre, sin aire en los pulmones.
Se apartó cuando ya te retorcías ante él, con un gemido que era lo único que salía de ti. "Ha sido precioso", te dijo con suficiencia, mirándote desde donde se había puesto de rodillas.
Le lanzaste una media sonrisa, aún demasiado abrumada para funcionar correctamente, pero él se limitó a reírse y se colocó a tu lado en la cama.
"Estoy deseando volver a hacerlo dentro de cinco minutos".
