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Para trabajar de mejor manera con el gato, decidimos dejarlo en un lugar oscuro hasta que la poca energía que habia acumulado al estar expuesto, se agotase. Una vez eso sucedió lo envolvimos de la cabeza para que no despertara mientras trabajábamos en él. 

Comenzamos a trabajar en él mientras también investigamos un poco mas de lo que hay tras los Ilarguskelatu y resultó que cuando esta magia llegaba a realizarse por lo general eran tallados con la figura del animal que se encuentra en el escudo de la familia a la que servirá. 

Cuando le pregunté a Sophie sobre el escudo de los Duk, ella me dijo que jamas habia escuchado cosa igual como un escudo de nuestra familia, que ni siquiera el abuelo se había referido a algún escudo. 

Curioso.

Dada la naturaleza inusual de la situación y mi total inexperiencia en estos asuntos, sugerí a Sophie que en lugar de crear un simple gato, hiciéramos una quimera. Al principio, ella desconocía el término, pero tras describírselo, expresó su interés y dijo que era una de las aberraciones más curiosas de las que había oído hablar, y que le agradaba la idea.

Al diseñarlo, descubrí que no solo tenemos habilidades para el tallado, sino también para el dibujo. Es sorprendentemente fácil para Sophie y para mí sacar ideas de nuestra mente y plasmarlas en papel. Sonrío mientras añadimos detalle tras detalle al diseño. Un hermoso minino con cuerpo de búfalo, patas traseras como las de un jaguar y, finalmente, una cola similar a la de un reptil. Tal vez una cola de dragón, quién sabe. Me siento entusiasmado, como un padre a la espera de su primer hijo.

Esa misma noche noche, nos dirigimos al almacén para trabajar en un lugar adecuado para llevar a cabo un arte como ese. Sophie, una vez más, quedó impresionada y mostro algo de envidia al ver que mi madre me había heredado las herramientas de tallado de mi fallecido abuelo. Hasta ahora noto lo cleptómana que era mi madre.

Al explicarle que ambos trabajaríamos en este proyecto y que, por lo tanto, también manipularía esas herramientas para darle detalles al Ilarguskelatu, su semblante cambio a uno mas relajado y su cara volvio a mostrarme complicidad. También me prestó una de las camisas que pertenecía a su padre, Frederick, y un mandil que había sido de mi abuelo. Aunque ambos me quedaban un poco cortos, me sentía todo un profesional.

Con el pasar de los días, la camaraderia iba en alsa y nos haciamos cada vez mas cercanos. El charlar con ella era sumamente reconfortante y educativo. Me enseño desde costumbres típicas como la de que no se nombra a los hijos hasta que cumplen los cinco años de edad. 

"¡¿Entonces te pusieron Sophie hasta los cinco años?!, ¿Y como te llamaban antes de eso?"

"Hija de Sophie y Frederick"

No se esfuerzan mucho. Tan solo se limitaron a dejar el "Sophie" de esa oracion.

Luego me comento sobre algunas festividades que llevaban a cabo. Una de ellas y para mi sorpresa, la navidad. Aunque tiene mas que ver con la llegada del invierno y el equinoccio, aqui la llaman Gelunalia . Mencionándome también que en un reino llamado Dacoria, realizan un festival por la llegada de la nieve.

"Mi padre viene de allí, dice que a pesar del frio es una fiesta muy cálida"

"¿Alguna vez has ido?"

"No, mi padre no quiso volver desde que renuncio a ser cabecilla de la familia por no querer heredar una antigua panadería."

"Un lugar asi con una festividad tan bella y una panaderia..."

Me pierdo en mis pensamientos, eso suena como un hermoso espacio.

Es curioso cómo, después de tantos años, aún se puede aprender a conectar con una persona. El simple hecho de conocer a Sophie me llenaba el cuerpo de un cálido sentimiento, pero al mismo tiempo, me encontraba en territorio desconocido. Esta sensación me animó a abrirme en algunos aspectos, compartiendo con ella detalles sobre mí mismo y también me impulsó a interactuar con más personas.

Leslie Duk: El árbol de ManaOnde as histórias ganham vida. Descobre agora