En el animado distrito de Hongdae en Seúl, dos almas solitarias, Mery y Jungkook, se cruzan en una pequeña cafetería llamada "Destino en el Café". Mery, una talentosa escritora de novelas románticas que ha perdido la inspiración, se esconde tras su...
El aire frío de otoño se colaba por las calles de Hongdae, llevando consigo la promesa de un nuevo comienzo. El barrio bohemio de Seúl parecía latir con una energía única, llena de artistas callejeros, boutiques extravagantes y cafeterías acogedoras. En medio de todo esto, se encontraba una pequeña joya escondida, "Destino en el Café", un lugar donde el amor y la casualidad se entrelazaban en los hilos del destino.
Mery se acercó a la puerta de la cafetería con paso incierto. Era una mujer joven, de unos dieciocho años. Por su físico se notaba que no era de aquel país, con cabello largo de color marrón oscuro y por debajo un poco ondulado con ojos de color chocolate y brillantes, pero su timidez la hacía pasar desapercibida en la multitud. Llevaba consigo una libreta repleta de ideas para su próxima novela romántica, pero la inspiración la había abandonado en los últimos meses. Buscaba algo, o tal vez a alguien, que pudiera dar vida a sus personajes y darle un nuevo comienzo a su carrera. El tintineo de la campana sobre la puerta anunció su llegada, y Mery sintió que todas las miradas se posaban en ella. Rápidamente se dirigió hacia una mesa en una esquina tranquila, donde esperaba pasar desapercibida. Desde su asiento, podía observar a las parejas que reían y compartían momentos de ternura en el café. Aunque escribía sobre el amor, ella misma se sentía incapaz de experimentarlo.
Mientras Mery hojeaba su libreta y trataba de encontrar inspiración en sus notas, una melodía suave y encantadora llenó el aire. Miró hacia la fuente de la música y vio a Jungkook, un apuesto músico callejero con una guitarra acústica. Su voz era cálida y emotiva, y sus ojos cerrados mientras cantaba con pasión. Mery quedó hipnotizada por su actuación, y una sonrisa inconsciente se formó en su rostro. Jungkook terminó la canción y abrió los ojos para encontrarse con una audiencia sorprendentemente grande en el café. Agradeció con una inclinación y se dirigió a la barra para tomar un descanso. Mientras esperaba su café, sus ojos se encontraron con los de Mery, quien había estado observándolo con admiración. La timidez los invadió a ambos, y Jungkook sintió un cosquilleo en el estómago. En ese momento, el destino tejió su primer hilo invisible. Mery y Jungkook compartieron una sonrisa tímida y un intercambio de miradas fugaces que, sin que lo supieran, marcaría el comienzo de una historia de amor que cambiaría sus vidas para siempre. Jungkook tomó su café y buscó nuevamente a Mery con la mirada.
Mery, sintiéndose repentinamente consciente de su presencia, bajó la mirada hacia su libreta, ocultando sus ojos. Pero no pasaron desapercibidos los pasos suaves de Jungkook acercándose a su mesa.
Al llegar, carraspeó suavemente y dijo, con una sonrisa tímida:
"Disculpa por la interrupción. Gracias por escuchar mi música."
Mery levantó la vista, sus mejillas ligeramente sonrosadas. "No, no fue una interrupción en absoluto. Tu música es hermosa."
Jungkook pareció sorprendido y halagado por el cumplido, pero sus palabras se enredaron en su timidez. "Oh, eh... Gracias. Me alegra que te haya gustado. Yo... soy Jungkook."
"Mery", respondió ella con una sonrisa amable.
Jungkook se quedó en silencio por un momento, como si buscara las palabras adecuadas para continuar la conversación. Finalmente, encontró el coraje para hablar. "Estoy aquí casi todos los días... tocando música. Tal vez puedas... volver algún día."
Mery asintió, sintiéndose aliviada por su ternura. "Me encantaría."
Las intenciones de Jungkook eran obvias, él quería sentarse con ella, hablarle y conocerla un poco más, así que decidió preguntarle a Mery de manera tímida si se podía sentar con ella mientras se tomaba su café. "¿Te importa si me siento contigo y nos conocemos más?" dijo con valor notando su timidez y sin evitar su sonrojo en las mejillas.
Mery, algo sorprendida por la pregunta que le hizo Jungkook, asintió con la cabeza un poco nerviosa y sin poder ocultar tampoco su sonrojo y timidez.
Jungkook, emocionado por dentro por la afirmación de Mery, toma asiento en la silla frente a ella. Era una mesa pequeña, lo que los acercaba más de lo que probablemente ambos habían planeado.
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"¿Estás trabajando en algo interesante allí?" dijo Jungkook después de sentarse al ver la libreta de Mery en la mesa.
Mery asintió, mostrando su libreta. "Estoy tratando de escribir una novela romántica, pero últimamente he estado luchando con la inspiración. Tu música me inspiró hoy."
La declaración de Mery sobre cómo la música de Jungkook la había inspirado hoy llenó la atmósfera con una tensión suave. Jungkook, todavía sonrojado por el elogio, jugueteó nerviosamente con el borde de su taza de café. Sus ojos se encontraron con los de Mery, y una sonrisa tímida apareció en su rostro.
"Gracias, Mery," respondió Jungkook con gratitud en su voz. "Nunca había escuchado eso antes... Me hace muy feliz que mi música te haya inspirado de alguna manera."
Mery bajó la mirada, sintiéndose un poco cohibida por la atención que estaba recibiendo. "No, en serio, tu música es especial. Me llegó de una manera que no puedo explicar."
Jungkook pareció sorprendido por la sinceridad de Mery. Sus mejillas adquirieron un tono aún más intenso de rubor, y nerviosamente cambió su mirada a otra dirección. "Es... Es muy amable de tu parte decir eso, Mery."
La conversación continuó con un toque de timidez pero un interés compartido en sus respectivas pasiones. Jungkook compartió algunos de sus momentos más personales y cómo la música había sido su refugio en los momentos difíciles de su vida. Mery, a su vez, compartió sus deseos de escribir una novela que realmente conmoviera a las personas.
A medida que la tarde avanzaba, continuaron charlando y riendo, y Jungkook comenzó a sentirse más cómodo en la compañía de Mery. Los momentos de silencio seguían siendo frecuentes, pero no eran incómodos, sino llenos de expectación y posibilidades.
Al final del día, Mery y Jungkook se despidieron con una sonrisa y la promesa implícita de verse nuevamente en el café. Sus corazones latían con emociones confusas pero emocionantes. El destino había empezado a desplegar sus cartas, y la historia de amor en "Destino en el Café" estaba en marcha, avanzando lentamente, pero con un encanto que solo el tiempo podría revelar.
