C u a r e n t a y o c h o.

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― ¡Maaaaax! ―Peyton saltó a la espalda de su novio, besándole la mejilla, Max sujeto las piernas de Peyton mientras reía― Te tengo una pequeña sorpresa.

― ¿En serio? No es necesario, hermosa.

― Si lo es... Tu has echo mucho por mí y quiero devolverte el favor...

Max sonrió ante esas palabras y beso suavemente los labios de la chica.

― Entonces, estoy ansioso de ver tu sorpresa.

― Te va a encantar, ya verás.

Salieron del instituto, Max todavía llevaba a Peyton en su espalda, caminaban hacía el parque, el mismo parque dónde se hicieron novios, el mismo parque que sumaría un lindo recuerdo más.

Peyton se bajo de la espalda de Max, justo en frente de una banca, se saco el pañuelo del cuello y vendo los ojos del chico.

― Ya vuelvo, quédate aquí.

Max sólo asintió, pensando en las cosas que Peyton podría tenerle.

― Hey, ya puedes sacar la venda...

Max nuevamente asintió, sintió unas manos en sus ojos, pero no eran las manos de Peyton.

Tocó suavemente las manos que estaban en sus ojos, la chica traía varios anillos, pero se detuvo en uno en especial, el centro del anillo era una B, seguida de una M.

Era el anillo de Beth.

Max sacó rápidamente las manos de sus ojos, y se giró, confirmando sus sospechas.

Ahí estaba Beth.

El pelinegro no dudo ni un segundo, estrechó en sus brazos a su hermana.

― Perdóname Beth, perdóname por todo lo que te dije, fui un tonto... Por favor perdóname hermanita...

A Beth se le escapó un sollozo.

― Tú perdóname a mi Max... No te escuché cuándo me dijiste que Ignacio era malo para mí, yo también dije cosas que no debía decir...

― Yo nunca me enojé, Beth..

Max abrazó más fuerte a su hermana, estaba feliz,  tenía a su hermana de vuelta.

Cuándo se separaron, Max se acerco a Peyton.

― ¿Te ha gustado mi sorpresa?

El chico asintió, y junto sus labios.

Peyton siempre iba ser la razón de sus sonrisas, de sus alegrías.

Peyton era su todo.

Peyton. Where stories live. Discover now