X - Apariciones

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INFORMACIÓN IMPORTANTE

LIGHTBULB Atelier no condona la violencia en cualquiera de sus formas, pero es necesario recordar que la maldad en el mundo existe. Este capítulo contiene escenas donde se presentan vulneraciones de derechos de menores. Por más que intente negarse, estos actos existen, y es nuestra responsabilidad como adultos el acabar con este círculo vicioso.
Si presencias un acto de vulneración de derechos a menores, llama inmediatamente al 147 (Número de Apoyo Infantil Internacional).

Puede hacer sus descargos y sugerencias para bajar de tono este capítulo escribiendo a lightbulb@duck.com y a través del canal de Instagram 
@lightbulbatelier




Sábado 1 de abril. 2017.



Mikamy!

La fecha que te escribo hará que esta carta suene a ironía. Más o menos. Escucha, todo lo que me ha pasado estas semanas es completamente cierto. Espero que te lo tomes con la seriedad que puedas. Ni yo puedo creerlo. Simplemente ya no he sido el mismo de antes estas semanas.

Primero que todo, la universidad. Han habido muchísimas evaluaciones por tratarse de fin de mes. En la última prueba del martes 27 sobre Interacción Humano-Computadora no pude concentrarme. Estaba sentado en un extremo de la sala y, aún así, escuchaba como los mismos copiones de primera fila se estaban susurrando las respuestas sin que el profesor se diera cuenta. Usaban golpes de lápiz armando código morse. Me distraía muchísimo. Mucho peor era escuchar el movimiento de los lápices en las hojas de todos. Cada una de las diecisiete pruebas soltaban sonidos rasgados al compás de una veintena de palabras que no podía leer pero sentir. Llevar la atención a otra cosa tampoco fue la solución. La ventana abierta a mi lado dejaba entrar las mil y un conversaciones de aquellos que, fumando un cigarrillo, desahogaban sus anécdotas con los demás. Uno blasfemaba atrocidades en contra de su hermano, responsable de romperle un informe después de haber perdido en una partida de futbol en la PlayStation. Otra persona comentaba lo mal que le caía su nueva compañera, quien ha sido capaz de meterse con la mitad de los estudiantes de Agronomía en sólo dos meses. Un profesor hablaba con un colega sobre los casi tres meses de vida que le quedaban por culpa de un desgraciado cáncer de colon.

 
Segundo, la ida a la plaza. David fue el primero en salir de la prueba. Salí diez minutos después que él y Eileen pudo en veinte. Salimos un rato de la universidad para quitarnos las presiones de la prueba que nos quitó el sueño por varias noches. Nos sentamos en una banca y nos pusimos a ver vídeos de gente sufriendo bromas callejeras y después nos pusimos a conversar sobre los detalles de la prueba Eileen actuó más como espectadora que comentarista porque no estudió suficiente: salió con unas amigas a Barrio Bellavista el día anterior a la prueba. Entre David y yo le dimos un pequeño manotazo en la cabeza en señal de pero-como-puedes-ser-tan-así. Entre los tres reímos luego de dicha rutina bochornosa. Eileen nos contó que conoció un tipo en aquella salida y que le bastaron dos cervezas y sus mejores sesenta minutos para conseguir una cita el próximo domingo. Le preguntamos si estaba interesada en llegar al siguiente nivel en algún momento, tener un noviazgo con alguien. Se reservó la respuesta con una risa tan sospechosa. Justo cuando quisimos insistirle con la pregunta una vez más, un hombre barbudo en situación de calle estaba peleando con un joven ciclista cuya cabeza tenía un poco de sangre fresca. Aquel deportista seguía los pasos del algo maloliente pentagenario. Se veía muy molesto. Por lo que pude entender de su discusión, el primero cruzó la calle sin mirar previamente hacia los dos lados. El viejo aquel no estaba interesado en cumplir con las normas, no quería disculparse por su imprudente acción. Tal vez dicho indigente se atravesó en el camino del ciclista cuando estaba conduciendo. Pero, ¿dónde estaba su bicicleta?

Crónicas del Supravidente: Escribiendo a Mikamy (Early Bird Preview)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora