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Minutos después de que Ari llegara a su casa, sus amigos aparecieron, ruidosos y alborotados como siempre, solo que se veían más sonrientes y más tontos de lo normal. Filis no dejaba de suspirar como una adolescente, y Juan parecía estar en su propio mundo.

-¿A qué se deben sus caras de idiotas? ¿Fue por la película? Porque si es así, que bueno que no la vi-dijo Ari desde su cama.

-Si supieras - suspiró Filis, tirándose al lado de Ari - Ama es muy linda, demasiado linda.

-Es porque no estuviste con Spreen -habló Juan, tirándose a la cama también con sus amigos-Sonríe mucho y tiene un gorrito bonito que adorna su bonita cara-sonrió de manera tonta.

Ari los miró incrédula y rió. -¿Hablan en serio? ¿Y esos quienes son o qué?

-Eh, los mejores amigos de Sam-respondió Filis con obviedad-Creo que las galletas que me vendió tenían algo.

-Confirmo-secundó Juan.

-No puede ser, ¿cómo están así por niños de dieciséis? -Pensé que tenían menos la verdad - se encogió de hombros el más bajo - ¿Cómo sabes su edad?

- Sam tiene dieciséis, así que supongo que ellos también, tiene sentido para mi.

Juan entrecerró sus ojos y miró con sospecha a la pelicastaña, recordando que los había dejado en el cine, y si spreen y ama son mejores amigos de Sam, pero élla tampoco estaba ahí, significaba que...

-¡Nos abandonaste por Sam!-exclamó el castaño, levantándose de golpe y señalando hacia Ari.

- ¿Estuviste con Sam?-la sorpresa en Filis era evidente también.

Ari se sintió nerviosa bajo la mirada de ambos chicos, le daba un poco de vergúenza admitir lo que había hecho por Sam, principalmente porque élla no hacía esas cosas y definitivamente ¡ban a burlarse de élla o a molestarla con eso toda la eternidad, no era porque fuera malo tener atenciones con otras personas, sino que era una faceta que nadie más conocía a excepción de su madre, prefería tener esa imagen de alguien amargado y desinteresado, solo así sabía quienes se le acercaban con otras intenciones.

Y es por eso que Juan le llamaba la atención.

- Ya, si, estuve con élla -admitió, apartando la mirada de ellos.

Filis y Juan se miraron con una sonrisa pícara.

-¿Y qué hicieron? Si se puede saber-dijo Filis, moviendo sus cejas de manera sugerente.

-Nada, ya deja de verme así, asqueroso pervertido,

-No estoy diciendo nada, pero ahora que recuerdo, dijiste que nos ibas a explicar.

Ari suspiró, tapando su rostro con sus manos. Sus mejores amigos eran Demasiado curiosos y habladores, no dejarían de preguntar hasta obtener una respuesta, no tenía salida más que hablar.

-A Sam la estaban molestando y tuve que intervenir, es todo.

-¿Es todo? Se me hace que hay más, Garza, suéltalo.

-Hicimos galletas-murmuró de manera casi inaudible a propósito, apartando la mirada hacia otro punto de la habitación.

-¿Qué?-preguntó Juan -Habla bien.

-¡Hicimos galletas!

Las risas estallaron en la habitación, y es que no se imaginaban a Ari en una situación así, tomando en cuenta que sabían su rechazo hacia las galletas, era simplemente increíble.

-¿Te pusiste delantal?-Siguio riendo el más bajo.

- Ya cállate, Sebastián-le tiró una almohada que fue directo a su cara, haciendo que frunciera el ceño.

☽ • 𝐂𝐎𝐎𝐊𝐈𝐄𝐒 || 𝐑𝐈𝐕𝐀𝐑𝐈 𝐀𝐔 • ☾ Where stories live. Discover now