Yoongi busca aniquilar a los agresores de su novio Jimin, mientras su cuñado Jungkook trata de conquistar a Taehyung, un hijo de pastor.
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Tras haber sido encerrado en terapia de conversión...
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Taehyung veía la luz del alba aclarar a través del velo de la cortina. Llevaba horas con los ojos abiertos, recostado en la cama, encima de las mantas, con los brazos cruzados sobre el abdomen y las piernas encogidas. El rastro de las lágrimas secas trazaba sobre la tez canela de sus mejillas unos caminillos blancos, que parecían no tener dirección, ni felicidad.
La calidez contenida en los besos de Jungkook ahora sentía gélida. Su ameno perfume ahora se sentía desagradable, pecaminoso, peligroso. Y el roce de sus manos poco a poco se convertía en una celda que le arrancaba con demasiado cariño la libertad. Pero, pese a todo eso, no podía evitar anhelarlo más que la noche anterior.
El teléfono sobre la mesa de noche vibró, era la alarma. Taehyung dejó que el sonido se extinguiera y diez minutos después, cuando volvió a vibrar, se levantó de la cama a regañadientes y se metió al baño. Un par de mensajes de Jungkook centellearon en la pantalla.
Jungkook: "ya estoy en mi casa..." "seguro que estás bien? sabes que podemos hablar si lo necesitas" "te amo, ángel<3"
Jungkook: "hola, ángel, ya despertaste?" "solo quería desearte un buen día como en los viejos tiempos😋"
La vida de Taehyung solía ser una ciudad, una metrópolis bien cimentada. Ahora esa metrópolis se derribaba a una rapidez alarmante porque una guerra estaba azotándola. Taehyung no tenía defensas, ni un ejército para combatir, por lo que, en silencio aguardaba pacientemente el próximo ataque. Desarmado, recibía cada sanguinario bombardeo sin ocultar su vulnerabilidad, ni su ingenuidad. Y, a pesar de tener la vida hecha escombros, Taehyung no podía evitar adorar el dolor de la guerra, porque el que estaba derribando sus cimientos era él: Jeon Jungkook. Y Taehyung adoraba a Jeon Jungkook.
Taehyung esbozó una sonrisa y sintió que el corazón se le reconstruía un poco. Desbloqueó el teléfono con la mano derecha mientras que con la izquierda se despojaba de la ropa.
Taehyung: "¿Viejos tiempos? Jajajaja, solo nos separamos dos semanas".
Jungkook: "para mí esas dos semanas fueron eternas, precioso".
Taehyung volvió a reír, abrió la regadera y mientras que el agua se calentaba, le respondió con rapidez.
Taehyung: "Para mí también fue eterno, bebé" "Estoy por entrar a la ducha, te respondo cuando esté en el trasporte, ¿vale?" "No quiero retrasarme".
Jungkook: "perfecto, ángel<3".
Taehyung ingresó a la ducha y relajó los hombros bajo el agua cálida de la regadera. Los recuerdos de la noche anterior cambiaron de esencia. Los besos de Jungkook recobraron la calidez, su perfume volvió a arroparlo con un recuerdo dulce y varonil, y el recuerdo de su tersa piel se ciñó a sus manos como un tatuaje invisible. Taehyung cerró los ojos y soltó un largo suspiro mientras rememoraba cada detalle de la noche anterior.
