𝐏𝐞𝐫𝐟𝐞𝐜𝐭𝐚 [+𝟏𝟖]

Capítulo 10

— No es eso. Me encantó, es solo... Me preocupo por ti, quiero que estés a salvo.

— Lo sé, es que... Yo... ¿Crees en las almas gemelas? ¿Que algunas personas están destinadas a estar juntas, sin importar qué? — me preguntó con sinceridad.

— No — le respondí de la misma manera.

— ¿Y por qué se siente así, entonces? — tiene esta expresión perdida, no me mira a los ojos.

— No tengo una respuesta a eso — miré a la nada, siento muchas cosas, unas que no tienen lógica, pero que me gustan.

— Quizás no la necesitamos — volvió a mirarme con esa sonrisa, la secreta.

— Quizás no — me incliné para besarla. Sus labios son tan suaves, cálidos y deliciosos. Terminamos de desayunar y limpiamos la cocina, se siente tan natural. Tal vez Freen tiene razón, estamos destinadas a estar juntas.

— Necesito cambiarme, sé una buena chica y llévame a casa — asentí, besándola y tomando mis cosas. No sé qué esperar de Freen, pero estoy dispuesta a descubrirlo.

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El hecho de que una enorme sonrisa esté en mi cara es muy, muy extraño para mí. No puedo detenerla, tampoco quiero hacerlo, pero comienza a ser raro. No me siento cómoda teniendo miradas encima, la gente lo hace todo el tiempo cuando juego, cuando camino por los pasillos, cuando respondo preguntas difíciles. Solo... Me miran. Hoy se siente diferente, las miradas... Están sobre ambas, la gente mira a Freen mientras está conmigo.

— ¿Estás bien? — la pelinegra apretó mi mano, sonriéndome. Quiero sonreírle de vuelta, pero me miran.

— No sé... La gente está mirando... Me siento extraña — le dije, enfocándome en el suelo. No lo soporto, me pone muy incómoda.

— Vale... ¿Debería soltarte la mano? Casi llegamos a mi casillero — negué con la cabeza.

— No, está bien, me gusta tomarte de la mano — sonreí, sin dejar de mirar el suelo.

— Eres tan linda... Ya llegamos — antes no sabía dónde estaba su casillero. No quería saberlo, porque una vez que lo hiciera, iba a evadirlo como si fuera la plaga.

— Está muy lejos del mío — me apoyé contra el casillero que estaba junto al de ella, mirándola hacer nada.

— Lo sé. Era demasiado difícil llegar, tomar mis cosas y luego correr cerca de tu casillero para pasar 'accidentalmente' a tu lado, y ni siquiera te dabas cuenta — Freen estaba por poner su bolso en su hombro, pero la detuve para cargarlo.

— Me daba cuenta. De hecho, me esperaba al último minuto para poder verte — tomé su mano, caminando hacia mi casillero. Cuando llegamos, alguien más estaba ahí.

— ¡Princesa, Comandante! Cumpliendo con su deber de novias, puedo ver. Gracias por cuidar mi auto — Nam me sonrió, qué raro.

— ¿Cómo fue la cita? — Freen le preguntó y empezaron a hablar como viejas amigas. Eso sucede con la pelinegra, es normal y yo no. Las miradas continuaron y es la primera vez que me doy cuenta de que la gente me mira como si fuera un pedazo de carne, pero no solo eso, chicos y chicas hacen lo mismo con Freen.

Me siento rara, no me gusta que la miren así, es una falta de respeto y... Ella es... Mi... Exclusiva, ¿No?

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