ᴘʀóʟᴏɢᴏ

383 50 23
                                    

Me paso las manos por la cara, sin poder creerme todavía que esto me esté pasando a mí

Ops! Esta imagem não segue nossas diretrizes de conteúdo. Para continuar a publicação, tente removê-la ou carregar outra.

Me paso las manos por la cara, sin poder creerme todavía que esto me esté pasando a mí. Bueno, a nosotros.

- Ni de puta coña voy a dejar que se vaya – gruñe George poniéndose en pie. – ¡Sin nosotros no sería nadie! ¿Cómo tiene los cojones de decir que ahora se va a hacer carrera en solitario?

- Georgie, cariño, cálmate – resopla Alex, tomándolo de la mano y haciéndole sentarse de nuevo. – ¿Qué podemos hacer, Fernando?

Los cuatro miramos a nuestro manager, representante y abogado. El castaño de ojos oscuros mira los papeles que hay frente a él y suspira, negando con la cabeza.

- Lo siento, chicos, pero no hay nada que lo retenga en la banda. Además, obligarlo a quedarse empeoraría la situación, ¿no creéis? – Su marcado acento español lo hace sonar muy serio en momentos como este.

- ¿Y ya está? ¿Se va a mitad de gira y nos quedamos sin vocalista? – Protesta George, cruzándose de brazos.

- Yo puedo cantar – tercia Alex.

- Y yo – afirma Charles encogiéndose de hombros. – Sólo tenemos que buscar un sustituto.

- ¿"Sólo"? – Bufa George frunciendo el ceño. – Ese hijo de puta malnacido...

- Insultarlo no sirve de nada – niega Fernando, sonriendo un poco.

- No te servirá a ti. A mí me sirve para desahogarme.

Si no fuera por lo cabreado, frustrado, cansado y entristecido que estoy, me habría podido reír. Pero joder... En menuda putada nos han dejado. Y se me nota lo hastiado que me tiene todo esto porque apenas he abierto la boca en la hora y media que llevamos hablando con Fernando. Y soy el que más motivos tiene para despotricar del cabronazo que nos ha dejado tirados. Pero como siempre, he preferido callarme. Hasta ahora. Por desgracia para mis amigos y mi mánager, se me han inflado los cojones durante el transcurso de esta conversación.

Hablo poco, pero cuando hablo, soy contundente.

- En una semana tenemos un puto concierto en España ante sesenta mil personas, y nos hemos quedado sin vocalista – hablo yo, finalmente. – Tenemos que encontrar un reemplazo, y no puede ser cualquiera. Necesitamos una cara bonita, una voz de puta madre y un carisma brutal. Si los fans no lo adoran en cuanto suba al puto escenario, estamos completamente jodidos – declaro poniéndome de pie y estirándome.

- ¿Adónde vas? – Frunce el ceño George. – No hemos terminado.

- Yo sí. Si queréis seguir llorando, adelante. Yo me voy a casa a descansar, que mañana bien temprano tenemos un vuelo a Madrid y vamos a pasar todo el día de entrevista en entrevista, teniendo que explicar dónde cojones está nuestro cantante.

No dejo que me respondan cuando salgo del despacho de la casa de Fernando, y más tarde, de la propia casa en sí. Entiendo que se sientan traicionados y que quieran buscar el modo de que nuestro "amigo" no abandone el grupo, pero si se ha ido, por algo es. Y prefiero seguir adelante y buscar soluciones a quedarme sentado llorando. Como ya les he dicho, necesitamos un vocalista nuevo, y como la campaña de marketing que hagamos cuando lo encontremos no sea la mejor de la historia y la gente no lo adore, podremos dar por muerta la banda. Pocos grupos logran recuperarse de mierdas así. Los únicos que lo hacen, son los que ya son leyendas de la música y poco importa un cambio o dos. La diferencia es que en otras ocasiones, se va el batería, o se va el bajista, y se puede disimular porque sólo los verdaderos fans se saben los nombres de todos. Pero la voz principal, si la cambias, lo ve todo el mundo.

Así que si nos vemos obligados a cambiarla, que sea mejor que la anterior. Necesitamos un condenado milagro y, aunque no sea muy creyente, quizá vaya siendo hora de serlo.

Porque creo que ni Dios es capaz de arreglar esto.

Remember Us This Way || CarlandoOnde histórias criam vida. Descubra agora