Capítulo 5: Estás a salvo aquí.

564 53 9
                                    

—¿Pero tú sabías?... — Preguntó Alba, hecha un ovillo en la cama.

—Sabía de la existencia de Pablo, sí... Sabía que Natalia y él habían tenido sus idas y vueltas desde hace un par de años. Pero no se les había visto juntos ni habían salido notas rosas de ellos hace un montón... Y bueno, viéndola a ella así contigo, cómo te miraba y viendo el rollito que os traíais, hija... ¡Ni quien pensara en el chorbo ese, sinceramente!  — Explicó Marina, sentada en la cama junto a su hermana, quien al escucharla hizo una carita de afligida aún más triste y se abrazó a la almohada llorando.

¡Jo, Tata, perdón!... Es culpa mía, yo debí haberte contado sobre su vida amorosa desde el primer día que me hablaste de ella.

En cuanto escuchó a su hermana culparse por aquello, la rubia la interrumpió.

—Nada de eso Mini, ¿Tú cómo ibas a saber?...  En todo caso fui yo quien debió preguntarte si tenía pareja. — Se limpiaba con la manga del pijama las lágrimas que no paraban de brotar.

Marina se abrazó a ella haciéndole cucharita por detrás.

—Como sea, ¡me siento fatal de verte así, Tata! — Confesó. —No puedo creer que Natalia te haya hecho eso... La tía será una artistaza de puta madre y tal, pero ¡con mi hermana no se mete nadie, joe!

Alba esbozó una sonrisa triste. —"Menos mal que tengo a mi hermanita para achucharme." — Se abrazó mas a ella. Cogiéndole una mano entre las suyas para llenarla de besos. —Te quiero.

—Y yo más a ti, Tata. Y lo único que quiero es que estés bien.

Me va a costar un poquito, ¿vale?... Pero te prometo que sí.

——

Desde aquel día, el tiempo pasaba lento y rápido a la vez. Alba estaba casi acostumbrada ya a ver el rostro de la morena en todas partes, solo que ahora no era su mirada la que lo buscaba. Y se estaba acostumbrando también a desconectarse tanto como le fuese necesario y a volver a su habitual desconocimiento de todo lo relativo a la cultura pop, por el bien de su paz mental.

Volvió a quedar para cenar con sus amigas cada semana y en ocasiones a esas cenas asistía también alguna conocida de la oficina que a Sabela casualmente se le ocurría invitar a casa de ultimo momento; y aunque la gallega nunca se lo decía, era obvio que tanto ella como Julia lo hacían con el único afán de motivarla a conocer gente nueva que quizás despertase su interés. Pero cualquier esfuerzo era inútil, porque sin importar cuánto se negase a admitirlo, su cabeza y su corazón seguían ocupados por el recuerdo de alguien más...

——

Luego de tres meses, sin embargo, todo parecía comenzar a ser mas fácil por fin. Alba había podido volver a su rutina casi en su totalidad y pretender que aquel episodio con la actriz nunca ocurrió y que se había tratado solamente de un sueño muy vívido del que una vez despierta, solo quedaba el recuerdo...

Era un sábado lluvioso en Valencia. La rubia se encontraba leyendo poesía y bebiendo una taza de café en el sofá cuando el timbre de casa se escuchó. Hacía apenas cinco o diez minutos que Marina había salido, por lo que imaginó que, como de costumbre, algo se le había olvidado a su hermana y rodando los ojos, abandonó su lectura y se levantó a abrirle.

—¿Y ahora qué se te ha olvidado, cabezota? — Dijo esperando ver a su hermana detrás de la puerta, pero quedándose helada al descubrir que no se trataba de ella.

—Hola. — La saludó la morena, cubierta de pies a cabeza por un chándal negro con franjas blancas, el cual, a pesar de llevar la capucha puesta, poco le cubría; pues estaba completamente empapada y se abrazaba a sí misma con fuerza, tiritando de frío.

Chegaste ao fim dos capítulos publicados.

⏰ Última atualização: Oct 26, 2023 ⏰

Adiciona esta história à tua Biblioteca para receberes notificações de novos capítulos!

LOS DÍAS CON ELLAOnde as histórias ganham vida. Descobre agora