Capítulo 3: Personas que pasan toda su vida juntas.

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Una hora más tarde, Natalia bajaba al lobby, en donde Alba la esperaba sentada en uno de los sofás del lounge, bebiéndose un vermut.

Aunque aún llevaba el mismo peinado y maquillaje, la morena cambió su atuendo por uno más cómodo. Un conjunto oversize de camisa vaquera de apariencia gastada y falda larga con abertura lateral que dejaba ver unas medias rotas de red en color blanco y unas Dr. martens negras de caña alta, pero sin tacón, para compensar la diferencia de alturas.

Trató de vestir lo más sencilla posible, sin dejar de lado que iba a una cena de cumpleaños y que además quería causar una buena impresión en las amigas de la rubia.

—Hola... ¡Qué guapa! — La saludó la valenciana con una sonrisa.

¿Te gusta?... — Preguntó ella mirándose a si misma y cogiendo los bordes del cuello de su camisa para tirar de esta hacia atrás y subir así el escote. — ¿No es demasiado?

—No, no... "Está muy bien."

—¡Hala, te has pedido un vermu! — Exclamó, mirando el vaso que la rubia tenia sobre la pequeña mesa frente a ella. —¿Me invitas?

¡Claro! Le ofreció el vaso que estaba ya medio vacío y se puso de pie, cogiendo su chaqueta. —¿Vamos?...

Luego de comprar un ramo de flores en la floristería del hotel, cogieron un Cabify hasta el barrio del Cabanyal, donde pasaron a recoger la tarta en la pequeña pastelería del barrio y posteriormente fueron andando hasta la casa de Julia, unas calles más adelante...

——

¿Que traerá una chica has dicho? — Preguntó Sabela desde la cocina, donde se encargaba de darle los últimos toques a las dos fuentes con lasagna que estaba por meter al horno; la normal, de toda la vida para todas, y la de vegetales y queso sin lactosa para Alba.

Julia desde el comedor, se encargaba de poner la mesa.

—Pues eso pone aquí... "Tengo la tarta. Llevo compañía. ¡Por favor no me avergoncéis!" —Leyó la gaditana en voz alta el escueto mensaje que le había enviado su mejor amiga hace apenas unos minutos.

—Pero vamos a ver, Julia, "si ahí no pone nada sobre que se trate de una chica"...

—Que no, ¡pero que yo la conozco, cariño!, No habría mandado ningún mensaje si no se tratase de una chica... "Se ha encoñado de una tía, y es algo GORDO." ¡Yo sé lo que te digo!

El timbre de la puerta sonó en ese momento.

—Debe ser ella... ¡Vooy! — Volvió a gritar la gallega, corriendo desde la cocina hasta el recibidor para abrir la puerta. —Pasad... ¡Que se me quema la lasagna!... Julia está en el comedor. Y diciendo esto, emprendió la carrera de vuelta a la cocina.

La valenciana le sonrió a su invitada y la animó a seguirla dentro.

¡Juls, ya hemos llegao! — Ahora fue ella quien alzó la voz para avisar a su mejor amiga de su llegada. —¿La tarta habrá que guardarla en la nevera, no?...

Alba se separó apenas un segundo de Natalia para llevar la tarta a la nevera; tiempo suficiente para que Julia, que salía del comedor con dirección al salón, se encontrase de frente con la morena. Ambas mujeres quedándose estáticas en su sitio al verse.

Y es que si para Julia había sido una sorpresa conocer el rostro de la chica que su amiga había traído a casa, para Natalia también había sido impactante descubrir que la mejor amiga de la valenciana estaba en una silla de ruedas. Pero una vez más, acostumbrada a enfrentarse a todo tipo de situaciones en su día a día, supo reaccionar rápidamente.

LOS DÍAS CON ELLAWhere stories live. Discover now