O tal vez no era la tensión, sino la culpa carcomiéndolo por dentro. La había traicionado después de todo.

—Bien, ¿y tú? ¿Qué haces aquí? ¿No deberías estar con ChanYeol? —preguntó con amargura, pero era una verdad. Él la había traído aquí solo por una cosa y BaekHyun no podía hacerse el corto de vista, de seguro, ya estuvo con ella. Con mayor razón después de lo que pasó entre ambos, era algo que su subconsciente le decía, y de seguro era una de las razones por las que se sentía tan deprimido también.

Era lo más lógico, ChanYeol era un hombre que había sido cruelmente rechazado y dejado a la mitad con las ganas, ¿estaba mal? Sin duda no, los dos no eran nada y él era libre de buscar alivio en cualquiera, no necesariamente SeoHyun.

BaekHyun lo pensó con cuidado, estaba en su proceso de superación, pero no ayudaba el querer saber con desespero si los dos pasaron la noche juntos, lo que serviría para ver si lloraba esta noche o no.

Lo más seguro es que esta noche iba a pasarla encerrado entre estas cuatro paredes.

—No, no estuve con ChanYeol y tampoco planeo estar con él —agregó rápidamente SeoHyun y bajó la mirada dudosa, al alzarla de nueva cuenta se encontró con los ojos algo hinchados de BaekHyun y le dolió verlo así, a pesar de que con su respuesta se vio de mejor semblante, no podía ocultar su alivio al saber que ella no se enrolló con ChanYeol—. ¿Sabes? Me aburre infinitamente ese tipo, es más parisino que coreano y no tiene chiste por más atractivo que sea, es como hablar con mi abuelo —intentó bromear para aligerar el ambiente.

BaekHyun sonrió de lado. ChanYeol sí que era anticuado a veces, pero él a su manera también lo era, por eso se entendieron bien.

—Estabas tan ilusionada con él...

—Tú lo dijiste, "ilusionada", lo real es diferente —acotó con cierto desinterés. Tomó aire y empuñó sus manos, para soltar la bomba—: Nos vamos a Corea, mañana por la mañana.

Bien, eso era algo que BaekHyun deseó escuchar luego de huir ayer por la noche, pero una cosa era pensarlo, desearlo y otra muy diferente era que fuera a ser una realidad, su realidad. La sensación de que su mundo se venía abajo no tuvo precio, lo que lo hizo sentir peor consigo mismo. Seguía sensible, todo sobre ChanYeol lo ponía sensible, tanto en el buen como en el mal sentido.

Una inmensa tristeza se instaló en sus entrañas, ¿y ahora qué? ChanYeol apareció en su vida tan rápido como se esfumaba de esta.

—E-está bien —logró decir a duras penas mientras aguantaba las lágrimas. Estaba en su peor momento, sorbiendo su nariz y pasando sus manos por sus ojos para apartar las lágrimas que amenazaban con salir.

No era el momento correcto, no con SeoHyun allí.

La mujer no tuvo palabras al ver a su amigo y niñero actuar así, a punto de desmoronarse en su delante, literalmente. No podía creer que era el mismo BaekHyun que siempre lucía imperturbable y... ahora se había reducido a esto. Siempre lo vio como un muchacho con mucha fortaleza, más de la que le correspondería por su edad tan joven, pero había pasado por tanto para tener una armadura inquebrantable de hierro que ahora misma parecía ser nada.

Jamás logró sentir pena por él. Siempre era lo contrario, él se encargaba de consolarla sin más y ahora...

«El amor sí que te hace mierda», pensó con sorpresa al escuchar los primeros sollozos.

Suponía que esto iba más allá de su entendimiento y de una simple atracción. SeoHyun antes había pasado por la suite de ChanYeol, buscándolo para informarle que volvía a Corea, pero no lo había encontrado ahí, sino que al merodear por los alrededores, lo vio a lo lejos, quiso acercarse y decirle sobre sus planes que era un adiós definitivo, pero apenas y la escuchó, parecía estar ajeno a todo, solo la pasó de largo hasta que mencionó que regresaba a su país natal. Aún recordaba su expresión, lo que le dio tristeza, pero enojo porque seguía pensando que era un patán.

Dulce Tentación ➳ ChanBaekDonde viven las historias. Descúbrelo ahora