𝔏𝔞𝔷𝔬𝔰 𝔦𝔫𝔳𝔦𝔰𝔦𝔟𝔩𝔢𝔰

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¿Como podía extrañar algo que nunca tuvo?

Ese extraño y doloroso sentimiento de anhelo lo llevaba a horribles noches en vela sin poder pegar el ojo, y en las contadas ocasiones en que lo lograba terminaba teniendo pesadillas horribles que le quitaban el sueño.

Sus sueños eran vividos, como un recuerdo que te marca el corazón dolorosamente.

La pesadilla iniciaba en la habitación de sus padres donde él era un bebé sin conciencia del exterior, a su lado había otra bebe durmiendo con un largo cabello rubio igual de brillante que el suyo.

Era ella.

Era su hermana.

La observaba por momentos, recordando los cuadros propios de su niñez viendose a un gran parecido cuando era un bebé.

Siempre se quedaba mirándola al inicio del sueño.

Embalsamado por el parecido que tenían.

Eran hermanos, mellizos en realidad y era normal su gran similitud.

Pero no era normal jamás haber visto en persona dichas similitudes, sólo en cuadros y sueños como este.

Sin darse cuenta, por apreciar a su hermana se distraía demorandose en dar cuenta de la presencia de ella.

La bruja.

Aquella despreciable mujer que secuestro a su hermana.

Ella cortaba un mechón de su dorado y largo cabello mientras cantaba aquella cancion que se gravo en su memoria, notando como se volvía castaño y sin ningún poder.

Luego sucedía lo inevitable.

La bruja tomaba a su hermana en brazos provocandole un llanto y en consecuencia, el suyo también.

La mujer huía escuchando los sollozos del príncipe y las apresuradas pisadas de los reyes.

Recordaba esa expresión huesuda y avejentada con ojos oscuros y deseosos de un poder que no era suyo, un escalofrio le recorría cuando esos ojos se posaron en los suyos y se ponía uno de sus huesudos dedos sobre los labios en un gesto de silencio para finalmente tirarse del balcón y huir como una rata con su hermana a cuestas.

La odiaba.

Odiaba soñar con esto.

Porque sabía que no eran simples sueños.

No era una simple pesadilla, no.

Esto era más que eso.

Era un recuerdo, un doloroso recuerdo que lo persiguiria hasta su muerte.

A consultado médicos, brujos, sanadores y sabios. Todos y cada uno de ellos llegaba a la misma estúpida e inverosímil conclusión; eran recuerdos.

Recuerdos de su infancia, recuerdos de cuando tan solo era un pequeño e infenso bebé.

Era imposible que recordará algo como el secuestro de su hermana cuando apenas tenía días de nacido, pero así era y así le habían hecho entender, creían que la flor era la razón de su buena memoria como tambien de su factor curativo, su cabello que brillaba por la maldita canción de esa bruja.
Como todas las veces anteriores, desperto agitado y bañado en su propio sudor.

Paso una mano por su cabello tratando de respirar con tranquilidad, cosa que no logro ni por asomo y como todas esas noches que su corazón daba un vuelco doloroso extrañando a su otra mitad, una de sus manos fue a su pecho y la otra a su cabello.

flor que da fulgor, con tu brillo fiel...

Entre la oscuridad de su habitación, su cabellera dorada brillo con intensidad gracias aquella canción maldita.

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⏰ Poslední aktualizace: Mar 02 ⏰

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