Capítulo 22

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La miro confundida, abro la boca para decir algo pero ella me gana.

-¿Crees que me voy a tragar la idea de que fue casualidad el que el señor Lowell estuviera dando clases, presisamente en nuestro instituto, a nuestra clase, justo después de haberse conocido?

-Ame... Te juro que no tenia idea... -Me quedo mirándola, ella aprieta sus labios formando una línea y sus ojos se ponen llorosos.

-¡Sabías que estoy loca por el señor Lowell! -dice un poco fuerte varios chicos voltean a vernos y agacho la cabeza.

-Calmate Amelia, en verdad te juro que no sabia que él nos daria clases, ni mucho menos estoy... -me detuve, quería decirle que no estaba enamorada de Max, pero mi subconsciente sabe muy bien mis sentimientos por él.

-¿No estás qué? ¿Enamorada, atontada o tratando de no ser una puta?

-¡Amelia! -le grito, ¿cómo carajo se atreve?, -¿Qué te pasa? ¡Deja de comportarte como una chica de 15 años! -Veo que de sus ojos salen varias lágrimas.

Se tapa el rostro con las manos y empieza a llorar, es tan ridicula.

-Amelia, las cosas con Max... Quiero decir el señor Lowell no es nada. -trataba de que se sintiera mejor pero no podía fingir algo que no es.

-Además de perra, mentirosa.

No estoy para aguantar sus insultos. Doy un suspiro y me encamino a la cafetería de nuevo.

Amelia no me ha seguido. Se me quedan viendo los chicos yo les doy una sonrisa y me siento.

-¿Qué a pasado? -pregunta Frank con cara extrañada.

Por un momento me sentí mal, Amelia ya lo tenía a él ¿por qué me hace tanta drama por Max?

-Será mejor que vayas con ella.

Frank me mira un momento, se levanta y corre para salir de la cafetería.

Yo miro mi almuerzo, las tripas me gruñen de nuevo, así que empiezo a comer.

-Amm, no quiero presionarte -dice Erick-, pero ¿ya le has dicho a tu madre de la caminata?

Mierda, se me había olvidado por completo, pero si Amelia seguía molesta no había razón para que yo fuera. Además, ¿cuánto tiempo faltaba para ésta? Mañana ya era viernes, mañana ya se irían.

-No me dejaron -le digo sin voltear a verle.

-Pero...

-Aun no estoy recuperada al cien por ciento Erick, hace frío afuera y junto con aire podría darme otro ataque -le interrumpo, en parte era verdad, pero en parte sabía que si iba bien abrigada no me pasaría nada.

Él mira su almuerzo, está justamente frente a mí.

-Lo siento Carolay, tienes razón.

Yo le sonrío, y sigo comiendo.

Nos tocaba calculo, esa materia hacía que me durmiera, la detestaba.

Vi a Amelia la cual abrazaba a Frank, y él a ella. Se separa de él y me mira por unos leves segundos, me voltea la cara.

Se han terminado las horas de clases, yo no espero a Amelia. Camino por la banqueta directo a tomar el autobús a casa. Hace una hora mi tío llamó y me dijo que me daba el día libre, en parte me alegré no tenía ganas de hacer nada más que ir a casa y dormir todo el día.
Aun no me creo lo que Amelia me ha dicho, me ha tratado como una cualquiera, trato de no pensar en eso pero es que me molesta, no puedo creer que se haya comportado como una niñita caprichosa solo por un chico... Y que además por alguien como él. No quiero hacerme muchas ilusiones con Max porque... Él es rico, famoso y atractivo. No podía tragarme el cuento de que teníamos posibilidad, odiaba la idea de creerle a mi hermano pero... No podía descartar la idea.

InnegableDonde viven las historias. Descúbrelo ahora