—¿A esto te refieres cuando dices qué piensas en mí? —Me burlo.

—Creeme, hay más fantasías escondidas detrás de esa frase que en tu biblioteca de Wattpad.

El rubor se extiende por todo mi rostro, a pesar de que es él quien está admitiendo sus perversiones descubro algo nuevo en su sonrisa, una chispa de malicia y posesión. Le encanta ser el único que puede desnudarme los pensamientos, es su vendetta contra mí por ver los secretos detrás del hielo.

Aprovechando mi estupor me lanza a un lado en la cama, se sube sobre mí y tira de mi cabello sin cuidado para besarme como él quiere, el gemido no deja mis labios porque su boca se apodera de ellos, rodeo su cadera con las piernas, jadeo al sentir su pelvis contra la mía.

Lo ayudo a sacarse la camiseta en menos de un segundo, nuestros labios danzan entre sí con violencia, luchando por el control que ninguno quiere ceder, me pierdo en las sensaciones y el exquisito sabor que tanto anhelé probar.

Sus manos se vuelven más agresivas, dejando una firma indeleble en mi piel, sólo él puede hacerme sentir tantas cosas a la vez. La necesidad de dejar que me consuma, el impulso de revelarme a sus deseos y... Miedo ¿Qué pasa cuando entregas tanto a una persona que tarde o temprano tiene que irse?

El sonido de la tela rasgándose me saca de mis pensamientos, doy un pequeño respingo. Esa chispa de malicia se vuelve un incendio, mientras observa su obra; mi labial corrido, mi pecho agitándose porque apenas recuerdo cómo respirar, hasta llegar más abajo de mi cintura. Redujo mis bragas a girones de tela inservibles, no tarda en apartarlos para detallar la humedad entre mis piernas.

—Como ya dije, hermosa —Murmura, relame sus labios y mi corazón da un brinco. Vuelve a mis ojos— ¿Estás bien?

—Perfecta —Digo sin aliento.

—Promete avisarme si eso cambia ¿De acuerdo? —Es increíble la suavidad que adquiere su voz luego de haber destrozado mis pantys favoritas.

Acaricia mis muslos a palma abierta, sube y antes de llegar a la cumbre vuelve a bajar, mi centro palpita de necesidad.

—De acuerdo —Se me escapa un quejido de exigencia, él sólo se ríe disfrutando de torturarme.

Lo atraigo hacia mí y retomo el beso, froto mi cadera contra él, recibo un exquisito jadeo como respuesta, esa erección promete mucho. Desabrocho sus jeans y él termina de quitárselos con los pies, se acomoda sobre mí, pero con un empujón lo dejo acostado en la cama para recuperar el control, podría resistirse si quisiera, eso es lo divertido de voltear las cosas.

Tomo un momento para admirarlo, bajo mis manos despacio por sus abdominales, atesoro cada detalle de su cuerpo, cada cicatriz y cada línea de tinta.

—Espero que me cuentes esas historias algún día —Susurro.

—Lo haré si me cuentas la tuya —Repasa la cicatriz en mi muslo con la punta de sus dedos mientras admira mi piel erizada como reacción inmediata a su tacto y exhala lentamente.

Vuelvo a buscar su mirada, mi sonrisa decae al notar ese destello de miedo en sus ojos, es algo insignificante, algo que solo yo notaría... O eso quiero creer.

— ¿Qué?

Eleva su mano a mi cuello pero en lugar de apretar como sugiere mi pervertida imaginación, me acaricia hundiendo sus dedos entre los mechones de mi cabello y traga en seco antes de responder.

—Estoy a tu merced, mi Key —Susurra, su voz ronca me eriza entera— Y eso es tan...

—Aterrador —Completo.

DUSKWOOD: What if..? (Jake X Mc)Where stories live. Discover now