Mi gusto mas culposo | Freddytabo

¿Esto es amor?

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Había pasado la mañana durmiendo después de desayunar la comida que anteriormente le habían preparado, apretó sus párpados para seguidamente abrir sus ojos. El tono de llamada de su celular lo había despertado, miro la pantalla para ver que se trataba de su hermano.

—Hola...— Contesto con un tono somnoliento, carraspeo su garganta.

—¡Gustabo! Joder, al fin me contestas, ¿Estas bien? El super me dijo todo.—
Pregunto por la otra línea un muy desesperado Horacio, lo había llamado infinidad de veces, incluso se planteó la idea de ir a verlo en medio del trabajo.

—Estoy bie- —

—¿Quieres que vaya?— Dijo interrumpiendo al rubio, se le notaba gravemente preocupado por él.

—No hace falta, Horacio, estoy bien tranquilo— Contesto en un tono relajado, aparto la oreja del dispositivo al notar como soltaba pequeñas vibraciones, vio quien era y volvió a la llamada.

—Horacio me esta llamando el viejo, ahora hablamos ¿va?—

El contrario dudando un poco acepto asintiendo aunque el contrario no lo viera.

—Vale, adiós y cuídate—

—Adiós hermanito—

Seguidamente colgó la llamada y contestó la otra esperando a que el mayor hablará.

—Hola capullo, ¿Todo bien?— Hablo desde la otra línea, era su descanso, se dirigía a su casa donde esperaba encontrar se al pequeño rubio, solo y para él.

—Si...— Responde en un tono bajo mientras mira a la nada, este se levanta de su cama en la que estaba sentado para dirigirse hacía el salón vacío.

—En nada estoy allá— Hablo firme el peli negro el cuál conducía ya cerca de su hogar.

El contrario noto una corriente eléctrica recorriendo desde sus pies hasta su cabeza, se quedó paralizado unos segundos con la boca abierta sin saber que responder.

—N-no hace falta, estoy bien—

El contrario simplemente le colgó dejando a un desorientado rubio con el celular en la mano.

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Al rededor de unos treinta minutos el peli negro ya había llegado. Se había quitado la corbata y ahora la tenía encima de un hombro, los primeros botones de su camisa se encontraban desabrochados y gotas de sudor decoraban desde su rostro hasta su pecho.

Miró hacia el sofá encontrándose al rubio el cuál no se percato de su llegada, camino a paso lento como si de un depredador intentado capturar a su presa se tratará. Una vez a espaldas del pequeño se agacho quedando a la altura de este, inclino la cabeza quedando a centímetros de su oreja en donde planto un beso.

Gustabo sobresaltado se apartó rápidamente mirando al contrario, se tranquilizo al ver que se trataba de él. Volvió a su posición inicial sin apartar la mirada de Conway, había un nudo en su garganta que le impedía hablar. Por el contrario el mayor se sentó enfrente del rubio no sin antes quitar su camisa bajo los atentos ojos del pequeño. Se acerco al mas joven quedando entre sus piernas, con una mano fue levantando la camisa del rubio, viendo cada golpe que tenía, relamió sus labios comenzando a dar pequeños besos por el vientre de este, subiendo poco a poco.

—Buenas Gustabín...— Habló entre besos sin respuesta alguna.

Gustabo miraba todo lo que hacía paralizado, viendo como el contrario llego hasta su cuello. Había una sonrisa en sus labios, pero era una sonrisa maliciosa, una que a el no le gustaba del todo.

—Hola sup- — Fue interrumpido cuando
el mayor junto sus labios con los de el rubio así hundiéndose en un beso salvaje dirigido por él. Tenía sus manos sobre la cintura del pequeño  donde ejercía algo de fuerza cosa que provocaba que el contrario soltara pequeños quejidos de dolor  debido a que se encontraba cerca de las heridas.

Se separo del beso para así desnudar por completo al contrario el cual se tapo inmediatamente con sus manos algo vergonzoso. Miraba al peli negro de reojo viendo aquella mirada con lujuria y deseo.

Comenzó a acariciar todo el cuerpo del oji azul notando como se le erizaba la piel, aprecio el desnudo y delgado cuerpo para volver a juntar sus labios, esta vez en un beso lento y romántico donde disfrutaron ambos del sabor del contrario. Gustabo colocó su mano en la mejilla de el proporcionándole leves y dulces caricias.

Durante el beso Conway desabrocho sus pantalones quitándolos junto a la ropa interior, quedando completamente desnudo al igual que el rubio.
El contrario miro por completo el cuerpo del mayor, todas las cicatrices en su piel que lo hacían ver mas sensual, los músculos marcados y un poco mas abajo su miembro.

Observó como el peli negro se acerco a su oido.
—Te impongo, eh... imagínate cuando te tenga a cuatro patas— Habló en un susurro  inaudible, pero que fue escuchado por el menor el cuál lo miró con temor en sus ojos.

Se separo del cuerpo del rubio dejándole espacio, con un leve movimiento le dio la vuelta al contrario dejándolo boca abajo y bajo control del mayor. Antes de hacer nada agarro un pequeño frasco de lubricante junto un condón, vertió algo del líquido sobre sus dedos al igual que en la entrada del pequeño.

El rubio miraba atento todo lo que hacía, la combinación de la excitación y el miedo lo hundía, notó como dos de los dedos del contrario entraban en su entrada sin aviso alguno haciendo que este arqueara levemente su espalda a la vez que inclinaba su trasero.

Al ver como este reacciono comenzó a mover sus dedos rápidamente en la entrada del menor, no podía aguantarse las ganas a sodomizarlo, verlo retorcerse de placer y oír los gemidos que tapaba contra la almohada en vano. Saco los dedos rápidamente para así colocarse el condón, se acerco al cuerpo del rubio repartiendo besos y mordiscos por la nuca de este, acariciaba su cuerpo en busca de tranquilizarlo.

Soltó un agudo gemido al notar como el peli negro entraba en su interior, se percato de las caricias que le daba así tranquilizando se.

Comenzó a moverse ya en el interior, sus movimientos eran lentos, quería que el contrario se acostumbrase antes de seguir, seguía repartiendo besos por la espalda de este a la vez que iba aumentando su velocidad, los sonidos obscenos que salían de la boca de el menor mas sus cuerpos chocar lo excitaba cada vez más.

Tiro del pelo a Gustabo mientras lo embestía, ahora era mas fuerte con una pizca de brutalidad, sus besos ahora solo eran mordiscos. Parecía que no le bastaba con oírle gemir, quería verlo gritar, con su mano libre se dedico a tocar sus heridas, apretando estas con algo de fuerza, provocando que el menor gimiera mas alto, pues aún le dolían.

Bajo su mano hasta el miembro de el mas pequeño comenzando a masturbar este frenéticamente, podía ver como el rubio se retorcía de satisfacción, como inclinaba mucho mas su trasero buscando aún mas placer. Sus embestidas se volvieron rápidas y brutas, ver a Gustabo debajo de él con lagrimas en sus ojos, con la boca entreabierta y el sudor caer de su cuerpo, lo ponía más cachondo.

Seguía con las penetraciones frenéticas cuando escucho unos murmullos de parte del menor, se acercó a él aún sin parar sus movimientos.

—Más... Jack...— Esa fue la gota que colmo el vaso, el peli negro paro de moverse para así elevar mas el trasero del contrario y comenzar ahora unas fuertes y hundas penetraciones en el menor.

Así siguió la noche con el peli negro sodomizando el cuerpo del menor sin descanso alguno, sin pensar en el mañana.

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