Capítulo 3: Es fácil hablar contigo.

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Su olor era tan delicioso y tentador, que no pudo evitar aspirar un poco y embriagarse con su aroma, si tan solo pudiera... no, estaba prohibido. Además, él ya no era el mismo monstruo de antes, había cambiado.

Lo vio revolverse inquieto en aquella cama, mientras murmuraba palabras inentendibles, su cabello castaño estaba empapado en sudor ¿Una pesadilla? ¿Debería despertarlo? Tal vez si lo hacía, dejaría de desearlo.

— Detective...

Tocó su hombro. Grave error.

Dipper despertó exaltado, y su primera reacción fue tomar el brazo, del que creía en ese momento era su atacante, y reducirlo.

El rubio parpadeó aturdido cuando fue arrojado contra el colchón y sus brazos fueron inmovilizados arriba de su cabeza, era la primera vez que un humano lo sorprendía de esa forma, sonrió.

— Detective ¿No crees que es muy pronto para ponernos traviesos? Apenas nos conocemos— Soltó juguetón.

La mirada oscura del castaño cambió abruptamente, de amenazante a confundida al escucharlo, se había dejado llevar después de aquella pesadilla.

— Lo lamento— Se disculpó, soltando al chico, y sentándose al pie de la cama— Creí que tú eras... olvídalo. Lamento si te asuste.

— Diría que es todo lo contrario... ¿Estás bien? – El rubio preguntó mientras se incorporaba.

— Si, solo una horrible y repetitiva pesadilla.

¿Por qué le decía esto? Apenas si lo conocía.

— Bueno, nada que una deliciosa comida no arregle. La cena está lista, detective.

Dipper se sintió un poco mal por ello, Bill había venido amablemente a avisarle y él lo había atacado medio dormido. "Una muy buena primera impresión, Dipper, una muy buena primera impresión" Se cuestionó mentalmente.

— Aunque te recomiendo que tomes una ducha primero, apestas, detective.

Bill no temía decir lo que pensaba, al parecer era una característica que compartía con la oficial Corduroy. Tal vez tenía que ver con algo cultural del lugar.

— Claro, claro— No lo cuestionó, él mismo se sentía sudoroso, se levantó para ir directamente al baño.

— Te esperaré en el comedor— El rubio señaló.

Quince minutos después ya estaba listo, otra vez limpio y decente. Fue hacia el comedor, donde encontró al chico rubio esperándolo, junto a Will, el gato blanco que no dudo en ir a su encuentro y acariciarse contra su pierna ¿No se suponía que era tímido?

— Creo que le agradas, lo cual es raro, ya que siempre se esconde cuando hay visita— Bill comentó.

— Tal vez sea porque ya no huelo a parada de autobús— Dipper respondió sentándose, sacándole una sonrisa al otro chico.

La mesa estaba llena de diferentes pasteles, dulces y otras delicias, además de café.

— Espero no te molesté, mis cenas suelen tener algunos postres que no pude vender en el día, ya sabes, para no desperdiciar.

— No será un problema para mí— Dipper tomó un pedazo de pastel de chocolate y lo probó— Delicioso ¿Tú los haces?

— No, los encargó a una pastelería cercana, en la cafetería solo somos Soos y yo atendiendo, sería un gran peso extra comenzar a hacer mis propios dulces. Aunque el café es totalmente mi fuerte, adelante detective, pruebe y juzgué.

Le sirvió una taza del humeante líquido. Dipper lo probó, para luego sonreír un poco, el sabor, el aroma, todo parecía perfecto, y cálido, era como estar en casa de nuevo.

— Tomaré esa sonrisa como un sí— El rubio adivinó.

— Sí, es delicioso, ya veo porque vi tantos clientes cuando entré a tu local.

— Admito que una parte importante es el café, pero no es la única, los anfitriones peludos se llevan la mayor parte del crédito.

— Debo preguntar ¿Por qué una cafetería de gatos?

— Bueno, adoro a los gatos y el café, creí que combinar mis dos más grandes pasiones sería un sueño hecho realidad— Bill respondió— Pero basta de mí ¿Qué lo trae a un pueblo tan recóndito en las montañas como lo es Gravity Falls, detective?

— Trabajo. Estaré a cargo de los casos de desapariciones y muertes extrañas experimentadas en el pueblo los últimos seis meses.

¿Por qué le decía esta información a un civil? Hablar con Bill era tan... fácil.

— Ya veo, si quiere puedo ayudarlo con eso, la mayoría de las personas que pasan por el pueblo entran a mi cafetería, le sorprendería la cantidad de información que manejo por llevar este negocio— El rubio comentó, bebiendo de su café.

— Lo tendré en mente, gracias. Y, hablando de negocios ¿Cuánto me costaría rentar la habitación?

— Solo deme lo que pueda por ahora, solo los gastos básicos, hasta que se adecue al lugar.

— Yo no...

— Considéralo una inversión a futuro, me conviene que un guapo detective como usted nos ayude a resolver los crímenes del pueblo— Le guiñó un ojo— Quiero que la comunidad vuelva a ser segura como antes, los misterios arruinan negocios y la economía de Gravity Falls gira exclusivamente en torno a los turistas.

— Entiendo, aunque de todas formas te daré un pago mensual, no quiero aprovecharme de tu amabilidad.

— Como quiera, detective.

Bill no discutió, tenía el presentimiento que si insistía se toparía con una pared, el castaño parecía ser una persona testaruda.

Por la noche.

A Dipper le costó conciliar el sueño, haber tomado una siesta había sido una mala idea. Se revolvió en su cama, inquieto, en busca de una posición perfecta para dormir, pero después de una hora, desistió, levantándose y dirigiéndose a la ventana para tomar algo de aire fresco.

Mientras miraba el cielo nocturno, no pudo evitar recordar cierta escena vergonzosa experimentada por la tarde. Cuando había puesto a su arrendador contra el colchón e inmovilizado sus manos, al percibirlo como una amenaza, que claramente no era. Debía volver a disculparse con el chico por ello. Tener pesadillas no era una excusa válida para atacarlo de esa forma.

Al menos se lo había tomado bien, con humor, a decir verdad, quizás demasiado bien, Bill no había luchado, ni tampoco se había sentido intimidado, en vez de eso solo había sonreído, observándolo fijamente con aquellos ojos dorados ¿Acaso estaba acostumbrado a este tipo de situaciones?

Espera ¿Dorados? El chico tenía los ojos color miel ¿No?

No había reparado en ese detalle, no, sacudió su cabeza, quizás era el reflejo de la luz en sus ojos. Estaba pensando demasiado. Aunque debía admitir que el chico tenía algo, que provocaba que fuera fácil hablar y relacionarse con él ¿Carisma tal vez? Porque no recordaba la última vez, que había podido mantener una conversación decente sin sentirse fastidiado, fuera de lo laboral o lo necesario para cumplir con sus objetivos, incluso con la oficial Wendy, la conversación era más unilateral, con él escuchándola la mayor parte del tiempo.

Era claro que Bill tenía un don para hacer que la gente se sintiera cómoda a su alrededor, y quizás podría usarlo a su favor en la investigación, y tal vez con su ayuda podría encontrar más rápido al asesino de su tío.

Café, gatos, vampiros y cazadores [Fanfic Dipper x Bill]Where stories live. Discover now