Capítulo 3

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La molesta luz matutina se cuela por la ventana y cae sobre el rostro de Jungkook, quien tan solo se remueve con disgusto sobre las sábanas.

—Taehyung… no cerraste las cortinas anoche —dice en voz baja y ronca, sin abrir los ojos aún.

Sin embargo, al no escuchar la contestación del otro vuelve a insistir.

—Tae… cierra las cortinas —dice nuevamente, pero al igual que la vez anterior es ignorado.

El hecho de no obtener respuesta logra hacerlo enfadar a primera hora del día, pues abre los ojos y da un manotazo contra el lado del alfa en señal de queja.

No obstante, Jungkook siente como un hueco comienza a formarse en su estómago y pecho, se da cuenta de algo muy evidente.

El alfa no está.

Y la poca estabilidad emocional que recuperó la noche anterior, debido a las caricias recibidas por el mayor, es destruida en tan solo cuestión de segundos por la simple acción de haberlo abandonado después de saciar sus deseos y frustraciones sexuales disfrazados de carisma.

Al menos así lo siente él.

Se siente un tonto por haber caído una vez más en la manipulación del otro. Se siente utilizado y es algo que no le podrá perdonar al alfa en mucho tiempo. 

Jura que no volverá a acostarse con él en los próximos seis meses, ni en ninguna otra fecha.

Se levanta y se da cuenta de que necesita vomitar, otra vez, pues todo ese desequilibrio emocional provocado por el alfa, tan solo le ha hecho sentirse enfermo.

No sabe por qué le pidió quedarse, se arrepiente rotundamente de haberlo hecho.

Después de asearse en el baño camina con paso firme en dirección a la cocina, donde se encuentra con el alfa que ya está preparando el desayuno.

El mayor observa el rostro del omega y sabe que está enfadado, pero no conoce el motivo. Jungkook se dirige a cortar un poco de fruta, pues no tiene mucho apetito después del disgusto matutino.

Ni siquiera voltea a ver a Taehyung cuando este se posa a su lado y le escruta con la mirada. No se siente intimidado a pesar de que el aludido se encuentra bañado, perfumado y vestido en un elegante traje oscuro.

—Buenos días, Jungkook —saluda con una sonrisa tímida ante los recuerdos de la noche anterior y trata de buscar la mirada del otro, pero falla en el intento.

—No me hables, Kim —responde el otro serio y se sienta lo más lejos que puede del alfa, quien luce totalmente desconcertado por la actitud del menor.

No entiende por qué le habla con esa frialdad, no sabe por qué Jungkook está siendo tan grosero de pronto, si la noche anterior lo recibió gustoso y lo acarició con tanta ilusión que le sorprende sinceramente la actitud que ahora está tomando.

Incluso,  vagamente, creyó recibir las caricias de un hombre enamorado hasta el tuétano, pero el tono de voz y el rostro de su menor le hacen caer de aquella nube ridícula de ensueño que él sólo creó.

—¿Hice algo malo? —pregunta con temor, sin embargo, lo hace porque no desea dejar asuntos en el aire sin resolver.

Y sí, Kim Taehyung a pesar de sus cuarenta años es un hombre despistado, muchas de las cosas que él pasa por desapercibidas o simplemente minimiza tan solo logran enfadar, deprimir o entristecer al menor.

Ese ha sido uno de los mayores motivos del por qué la relación no funcionó adecuadamente.

—Realmente no quiero hablar contigo hoy, no dormí bien por culpa tuya, estoy adolorido, quiero vomitar y sinceramente tu presencia me molesta —dice con frialdad y Taehyung no puede evitar mostrarle una mirada herida.

Early Divorced Donde viven las historias. Descúbrelo ahora