CAPÍTULO 41:PRIMER BESO

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—No metas a mi madre y a Silvia en esto...—la interrumpo.

—¿Acaso te he dado permiso para que hables?¿Quieres que te monte una escena y me ponga a gritar aquí y ahora? Hoy no tienes a ese imbécil para ayudarte, así que sé un buen perro y quédate callado ,sentadito y obedece a tu ama.

Me quedo en silencio, lo último que necesito es que ahora mismo es que me monte una escena, creo por primera vez en mi vida estoy deseando que Artyom o Sergio aparezcan en esta cafetería, Hiara se ríe, sabe que está consiguiendo derribar mis muros y que acabaré cediendo. Apoya su espalda en la silla y niega con la cabeza.

—Ay Daniel, Daniel,Daniel, seguro que piensas que al haber salido de la cárcel te convertiste en un hombre, pero la triste la realidad es que un niño que fue abandonado por su padre, nunca sabrá que es ser un hombre—sus palabras se clavan en mi pecho como un puñal.

Noto como por uno de mis dedos cae una gota de lo que posiblemente será sangre proveniente del padrastro que me acabo de arrancar de cuajo. Miro hacia el suelo, observo mi dedo cubierto de sangre justo cuando una lágrima está a punto de derramarse por mis mejillas.

—Así que Dan...¿Qué haces tú aquí?

Una mano se apoya en mi hombro y lo aprieta con fuerza, al levantar la cabeza veo como Artyom les roba una silla a la pareja que tenemos al lado para sentarse junto a mi. Creo que es la primera vez que me alegro tanto de verle.

—¿Lo de siempre?—pregunta el camarero.

—Si, pero esta vez quiero que esté muy caliente.

Lo miro sin entender muy bien qué hace aquí, su mirada me hace saber que estaba al tanto de la situación y que no es mera casualidad, me guiña el ojo.

—¿Qué crees que haces sentandote aquí? ¿No ves que Daniel y yo estamos teniendo una cita romántica?

Artyom levanta el dedo y lo pone delante de ella para que se calle.

—chss chss chss...Para empezar este es mi lugar y segundo—me coge la mano como si fuéramos pareja, ¿porque ha tenido que venir él y no Sergio? afina la voz y la mira—,¿acaso no sabes que Daniel desde que salió de la cárcel se volvió gay? ese lugar cambia a la gente, así que es mi amante perra.

Sin darme tiempo a reaccionar Artyom me gira la cabeza y me da un pico.

—Nos amamos mucho, ¿verdad gordi?—dice con mucha pluma.

Justo llega el camarero con una taza de té rojo y pastas. Coge una y me la acerca a la boca, Hiara sigue hablando pero mi cabeza ha colapsado.

—Esta es tu favorita gordo.—dice antes de meterla en la boca.

Cada vez que coge una pasta observo como disimuladamente acerca la taza de té hirviendo más hacia ella, me está obligando a comer pastas y cuando veo que coge una con nueces niego.

—No me gustan las nueces.—digo aturdido.

—¡Ay no me acordaba gordi!—dice y al dejarla sobre el plato la taza de té se cae "accidentalmente" sobre las piernas de Hiara quien empieza a gritar dolorida.

Que se joda. Artyom hace el paripé de que la ayuda a secarla muy arrepentido hasta que se acerca a su oído para susurrarle algo que no logro escuchar. Su cara palidece, se levanta y sin decir nada más se va de la cafetería.

—Gracias, creo que es la primera vez que me alegro tanto de verte.—le digo sincero.

—Ains que lindo, hasta nos hemos dado nuestro primer beso, ¿a mi no me llevas a donde fuiste con Silvia para hacer guarradas también?

Niego riendo, paso mi mano por mi cara un poco agobiado, aunque Artyom haya salvado la situación antes de que sus palabras acabasen conmigo, este es el precio a pagar.

—¿Cómo has sabido que...?—pregunto.

—Tú una vez pruebas a decir mi nombre tres veces delante de un espejo y me aparezco detrás tuya.

—No, gracias, bastante te veo últimamente.—bromeo.

—¿Te apetece darte una vuelta? Conozco un sitio donde puedes desahogarte.—pregunta levantándose a la vez que yo.

Me vendrá bien.

—Si, lo necesito, pero que no se nos haga tarde, le prometí a Silvia pasar la tarde con ella y ya le he cancelado los planes por evitar que Hiara fuera a casa.—Sé que me está notando decaído pero no puedo evitarlo.

—Ya me engañas con la otra, ¿cuándo vas a asumir tus sentimientos hacía mi? ya me haces daño yonki de los macarrones.

No digo nada, nos subimos a su coche conduce hasta una nave, al entrar puedo observar una gran cantidad de jarrones, cuadros, estatuas de piedra, maniquíes y diferentes cosas que parecen muy caras pero quizás solo es eso apariencia. Artyom me ofrece unas gafas protectoras y un bate de béisbol, se acerca a uno de los jarrones y lo revienta de un solo golpe.

—Vamos a partirlo todo, grita y desahógate.

—Vamos a partirlo todo, grita y desahógate

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Cristal® [#1]Where stories live. Discover now