CAPÍTULO 4:UNA NOCHE EN EL MAR

206 34 9
                                    

3 de febrero de 2021

Hospital del centro.

10:16 a.m.

Entro en la habitación de mi madre, mi tía viene a abrazarme con fuerza, sonrío un poco, la echaba de menos. Mi madre está dormida, me acerco a ella y beso su frente antes de sentarme en el sofá junto a mi tía.

—Estaré una semana fuera.—le informo.

—¿Cómo lo llevas?—pregunta con ternura.

Me encojo de hombros, podría mentirle y decirle que bien, que he conseguido poder dormir a la perfección sin tener que estar pendiente de si alguien va a entrar en mi celda y me va a apuñalar. Llevo tres años aproximadamente sin dormir del tirón, supongo que es lo normal.

—Lo llevo lo mejor que puedo.

—Quizás puedan reducir la condena unos meses y...

Niego, sé que podría hacerlo por buena conducta pero mi conciencia no me lo permite, le arrebate el futuro a un chico y debo pagar por ello. Cada acto tiene sus consecuencias, sonríe con tristeza.

—Eres muy buen chico...

Sonrio cansado, la verdad es que la sensación de no tener que dormir con un ojo abierto por si a alguien se le ocurre matarme, es increíble. Cierro los ojos despacio hasta por fin quedarme dormido.

3 de febrero de 2021

Hospital del centro.

13:57 p.m.

Abro los ojos al escuchar hablar a mi madre parece estar emocionada pero no logro entender la razón hasta que abro los ojos, no deja de llorar de felicidad mientras me observa. Me estiro mientras bostezo y me levanto para dejar un beso en su frente, la abrazo con cuidado por si la hago daño.

—No iba a quedarme allí dentro sabiendo que estabas aquí, estás cosas son importantes.—le digo tranquilo.

—No quería preocuparte...—dice secando sus lágrimas.

Niego sin darle más importancia, me quedo con ella básicamente toda la tarde, la verdad es que hemos pasado tanto tiempo sin abrazarnos que no me suelta hasta las ocho de la tarde cuando una enfermera nos avisa de que el horario de visitas finaliza dentro de 10 minutos. Mañana le hacen la prueba y está bastante nerviosa con el tema, miro a mi tía, se ha ofrecido a quedarse ella está noche.

—Vete a casa, descansa y mañana nos vemos.—besa mi mejilla repetidas veces.

Asiento, me despido de ella y de mi tía, en la salida del hospital veo a mis amigos. Me reciben dándome un abrazo, la verdad es que no me esperaba que vinieran aquí si no a mi casa o en el parque de siempre.

—Cabronazo te has machacado en el gimnasio.—dice Carlos riendo.

—Literalmente me paso el día en el gimnasio o en la biblioteca, no hay mucho más que hacer.—me encojo de hombros.

—Ya casi es psicólogo.—anuncia Moises con orgullo, él siempre confió en mi,

3 de febrero de 2021

Playa de las caracolas.

23:35 p.m.

Niego un poco riéndome de la gilipollez que acaba de decir Carlos, Jaime se ha ido hace un rato ya que mañana trabaja y madruga bastante. Celia juega con la arena poniéndola en la mano de Moises, les veo bastante unidos, se miran de una forma muy diferente pero no le doy demasiada importancia. Parecen felices.

—Nosotros mañana nos vamos a Madrid dos días, Celia quiere mirar un piso para el año que viene—dice mi mejor amigo.

—Cuando volváis vamos a comer todos juntos.—propongo y ellos asienten.

Se escucha música a lo lejos, no estamos muy lejos de la zona de clubes costeros. Hablamos durante un largo rato hasta que mis amigos deciden que es hora de ir yendo a casa, se ofrecen a acompañarme pero niego. Hace tanto que no veo el mar que quiero aprovechar el momento, comienzo a caminar en la orilla, la sensación de la arena mojada en mis pies me transmite la calma que necesitaba, a lo lejos aprecio la figura de una chica corriendo, su pelo rubio se mueve a la par que sus movimientos, no deja de mirar hacía atrás como si temiera que alguien le estuviera persiguiendo. No le doy mayor importancia, quizás lleva a un perro o está corriendo con alguien.

La veo caer a pocos metros de mi, me acerco para ayudarla, lleva unas prendas bastante provocativas, mira hacía atrás asustada, cuando sus ojos verdes se clavan en los míos le ofrezco la mano para ayudarla a levantarse.

—¿Estás bien?—pregunto—.Deja que te...

—¡No! ¡Déjame!—grita rechazando mi mano de forma brusca.

—Oye cálmate, deja que te ayude...

Se pone de pie, me mira asustada, pero con firmeza vuelve a negar.

—No necesito tú ayuda.

—No pareces muy segura de lo que...

—Déjame en paz, me estás haciendo perder el tiempo.

Sin darme tiempo a responder empieza a correr de nuevo, me giro para observarla.

—¡ERES UNA ANTIPÁTICA!—le grito, sé que me ha escuchado y me doy por satisfecho.

Me dirijo a la salida de la playa, no quiere que le ayude, aunque algo dentro de mi se queda inquieto de pensar que realmente puede estar en peligro, era una chica muy guapa y su ropa creo que me ayuda a comprender en qué puede trabajar, pero solo son suposiciones.

4 de febrero de 2021

Hospital del centro.

16:17 p.m.

Estoy en la habitación de mi madre junto a mi hermano, me está hablando de su novia, parece muy enamorado de ella, solo espero que no le hagan daño. A mi madre se la llevaron hace un rato para quitarle la masa que tiene en el pecho izquierdo, estaba mucho más tranquila que anoche y estaba de bastante mejor humor. Incluso nos ha hecho prometerle que aunque no sea benigno no vamos a parar nuestra vida, que mi hermano seguirá con su rutina y que yo volveré a la prisión sin pedir más permisos.

—Anoche me pasó algo raro.—digo recordando a la chica de anoche.

—¿Qué te pasó?—pregunta curioso.

Le cuento lo que pasó, me mira sorprendido.

—Es muy raro Dani, muy muy raro.

Asiento.

—Me he quedado con mal sabor de boca, tendría que haberme quedado a ayudarla.

—Lo hecho, hecho está.

Asiento y nuestras caras cambian cuando vemos al médico entrar en la habitación.

Hola hola! Que tal el capítulo de hoy??? Os leooo! ❤️‍🩹

Hola hola! Que tal el capítulo de hoy??? Os leooo! ❤️‍🩹

Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.
Cristal® [#1]Where stories live. Discover now