𝑬𝒍 𝒄𝒂𝒄𝒉𝒐𝒓𝒓𝒐 𝒅𝒆 𝒑𝒂𝒑𝒂́.

•~ DOCE ~•

Pero porfavor, papá de frijolito.— Aseveró Lozano cerrando sus ojos para aspirar de pronto las feromonas de chocolate amargo que le envolvieron mejor que cualquier manta cálida y sin peso.

Edson sintió un remolino de emociones. "Papá de frijolito", no cabía duda que, hacerse responsable de algo que ambos (incluyendo a Guillermo) habían comenzado, fue la mejor decisión de su vida.

Era joven, sí, pero era responsable, además, decirle que no a Hirving y a su cachorro era tan malo como asesinar a alguien.

¿Estás bien así?— una vez terminada la labor entre ambos, Edson cuestionó aquello, Lozano asintió separandose para tomar su mano.

¿Vamos al pasillo de bebés?— y puso su mejor rostro de omega mimado. Claro que Edson atendió de inmediato casi con la misma alegría...

Pero algo en el ambiente fue diferente en ese momento; quizás una presencia; quizás nada...

¡Mira!, este mameluco de abejita, sería una muy bonita — Hirving alzó aquel dulce traje en frente de su alfa, quién empezó a inspeccionar con detenimiento.

Es muy bonito, al igual que este de tiburón, mira, tiene su aleta — y la movió con alegría.

Ambos se sonrieron. Hasta que Hirving empezó a quejarse...

¡¿Qué sucede?!— Edson sostuvo de inmediato a Hirving en sus brazos, pues este había arrugado el rostro de inmediato de dolor.

Un calambre... ¡en el pie!, caminé mucho — se quejó el omega que solo sentía dolor en sus cansadas piernas.

Edson sintió pena. Había llevado siempre a su omega caminando de un lado a otro... necesitaba un auto, aunque eso era demasiado caro, y apenas podían vivir cómodamente como para después de comprar alimento, comprar ropa o ciertos "lujos", además de pagar renta y servicios.

Pero un auto era demasiado...

Ay Edson, no te preocupes tanto por mi, caminar es bueno para los cachorros y sus papás, así ya sale atleta— bromeó Hirving al ver pronto el rostro preocupado y pensativo de Álvarez.

Perdón, no pensé en que pronto vas a necesitar transportarte en un auto... disculpame tú también frijolito, papá va a pensar en algo.— Pero una mano se posicionó en la mejilla de Edson.

Hirving sonrió acariciandola— tranquilo. Frijolito y yo estamos bien, ¿no estarás pensando en sacar una moto he?, nos embarga Coppel por la "mortalika"— bromeó nuevamente soltando una risita. Álvarez también rió.

Tranquilo, cielo. Me encargaré de eso. ¿Quieres llevar un traje para frijolito?— cambió de pronto el tema. Edson tenía un plan.

Hirving volvió a moverse como un omega mimado que se sentía feliz. Incluso sintió como su cachorro se movía también — ¿me dices otra vez así, porfis?— pidió tiernamente balanceandose.

Cielo— reiteró sonriente Edson, esta vez besando sus labios con suavidad, Lozano correspondió acercando su estómago hasta el cuerpo de su alfa...

Sin embargo, la presencia amarga los hizo alejarse y observar al rededor, sin soltarse.

¿Quieres que... sigamos comprando?— exclamó Edson mientras inspeccionaba los solitarios pasillos.

Claro, Edson, pero, ¿llevamos el de abejita?— la nueva sonrisa alegre de Hirving lo hizo volver a verlo y sentirse calmado.

Claro, podemos llevarlo. Pero entonces ya no hay galletas— bromeó.

Alfa malo— se quejó Hirving arrugando la nariz. Edson le tuvo que abrazar y envolver en besos para expresarle que era una broma.

¡De verdad prefieres eso!, no puedo creerlo— Lozano estaba envuelto en carcajadas sentado con sus piernas cruzadas, frente a él y en la misma cama se hallaba Edson también sentado. En medio estaban algunas compras.

Bueno, bueno— dijo Álvarez sonriente— tú qué prefieres... ¿trabajar mucho y ganar poco dinero, pero legalmente, o no trabajar y ganar mucho dinero, ilegalmente?— cuestionó.

Ilegalmente.— Respondió sin pensar Hirving.

Nuevas risas y carcajadas salieron de sus bocas — ¡no lo oigas hijo!— Edson entonces sostuvo el vientre de su omega mientras este se movía por la risa de Hirving.

Tu turno. ¿Prefieres vestir todos los días color naranja... o comer naranjas todos los días, todo el día?.— Esta vez fue turno de Hirving de preguntar.

Edson lo pensó un poco...— vestir de naranja — confesó sonriente— ¿qué comería cuando ya no sea temporada de naranjas?.

Lozano le dió la razón riendo nuevamente alto— ¡qué astuto!— confesó.

Nuevamente se sonrieron y rieron.

Ven, acuestate aquí — Hirving hizo un espacio en la estrecha cama, entonces Edson se acomodó de lado, a su lado.

Y se abrazaron.

Hirving se recostó sobre el pecho de su alfa, ambos semi acostados.— ¿Cómo quieres que se llame nuestro cachorro?.

Esta pregunta siempre la quise responder. Quisiera que... se llamara... como yo. Edson.— Respondió el alfa que empezó a acariciar suavemente los brazos de su omega.

Hirving sonrió — a mi me gustaría ponerle Rodrigo o Andrés...

¿Y si es una niña?— Edson cada vez hablaba más bajo pues, Hirving ya había cerrado sus ojos.

Tendría qué pensarlo... quizás... Ángela, no lo sé... ¿Andrea?— cuestionó bostezando.

El que decidas tú, cielo, ese será — confesó Edson arrullando a su omega...

Después hubo silencio...

Álvarez bajó su cuerpo hasta quedar recostado con Hirving a su lado, solo ahí pudo acercarse a su vientre, descubrirlo y acariciarlo con suavidad sobre aquella piel de tono clara de su omega.

Hola, frijolito — susurró haciendo círculos suaves— soy papá... papá va a encargarse de ti y de tu papá Hirving. Voy a cuidarte... a ambos; voy a cuidarlos... no olvides qué, sin importar qué suceda, tú eres mi frijolito, y te amo...

El cuerpo de Lozano se removió acomodándose mejor.

Edson subió hasta su rostro y besó su frente, esta vez, admirando el rostro tranquilo de su omega.— Como pude ser tan estúpido y estar tanto tiempo lejos de ti... permitiendo que estuvieras con el idiota de Memo. Perdoname... te amo; Hirving.— Y volvió a besar su frente.