Son todo aquello que en algún momento de nuestras vidas hemos llegamos a sentir, es el miedo, el amor, el desamor, la tristeza, incluso la realidad de nuestro día a día, son sentimientos y pensamientos escritos.
Ese dolor en el pecho es un recordatorio constante de cuán jodido estas, cuanto dolor tienes dentro.
No creo que su cabeza proyecte el sufrimiento que tengo al despertar cada día.
¿Es justo? Vivir por miedo a su sufrimiento ignorando el mío por completo.
Cada mañana es más agobiante aveces siento que no avanzo a alguna parte, que no me muevo que estoy sola y con miedo.
Siempre fui un alma vieja en un cuerpo joven intentando seguir ganando las batallas que la mente impone.
Duele saber que estoy mal, que estoy al borde del colapso, pero es más triste saber que no le puedes dar salvación a alguien que ya encontró la resignación.
Mariela Ramírez
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