Son todo aquello que en algún momento de nuestras vidas hemos llegamos a sentir, es el miedo, el amor, el desamor, la tristeza, incluso la realidad de nuestro día a día, son sentimientos y pensamientos escritos.
Llegaste a mi vida como una brisa, que arreglo todo con una sonrisa, apaciguaste el dolor que ardía en mi.
Fuiste la tranquilidad de mi tormenta, la que yo observaba todas las noches despierta, todo estaba dentro de mi cabeza. Te encargaste de devolverle los colores a mi vida.
Me iluminaste con tu hermosa luz, a lo lejos la pude ver, y supe que eras tú, solo tú, desde entonces ya no hubo más oscuridad en mi.
Eres un montón de atardeceres bonitos, la combinación perfecta entre locura y ternura. El brillo de tus ojos ilumina mi alma, me da esa calma, me da simplemente esa esperanza.
No estamos conscientes de nuestro propio universo y yo intento escribirlo en un verso. Tus manos, tu cabello, tus ojos y tus sentimientos todo de ti te hace eterno.
Me hiciste sentir tanto cómo nunca antes había sentido, reviviste ese sentimiento, al cuál no le encontraba sentido, luego te vi y pensé que por ti valía la pena correr el riesgo y más hoy te tengo conmigo.
Mariela Ramírez.
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