Hallows of the Addams [Wenclair]

IV: Vampiros y Lobisones (1/2)

Enid no recordaba cuándo había planificado algo con tanto detalle. Tal vez en aquella ocasión cuando planeó la sorpresa de cumpleaños de Wednesday el año anterior, que, por cierto, la lobisona ya debería pensar una nueva treta con la que impresionar a la pelinegra este año. En todo caso, parecía que solo recordaba esos dos momentos, que inevitablemente estaban conectados con la chica Addams: la fiesta de cumpleaños, y hoy que era el “baile de máscaras” en Nevermore.

En resumen, como el 14 de septiembre caía jueves, había clases por la mañana. Enid se despertó primero que Wednesday, y le dejó una nota a la pelinegra de que ya se había vestido y llevaría a Wendy a sus clases y luego recogería a la niña para llevarlo con Eugene antes del baile. Eso significaba que Wednesday y la lobisona solo se verían ese día en las clases en común, y luego en el baile. Enid había insistido en que ella se pondría la ropa del baile en la habitación de Yoko y esperaría a Wednesday cuando la pelinegra bajara las escaleras hasta el salón de baile, supuestamente para allí entregarle un antifaz que había preparado especialmente para la chica Addams.

Todo el día Enid estuvo muy inquieta, los nervios amenazaban con hacerla desplomarse de un momento a otro por el cansancio. Actualmente estaba esperando debajo de la escalera a Wednesday, pero la pelinegra no acababa de aparecer. La lobisona observaba un reloj en la pared cada cinco segundos y caminaba de un extremo a otro del barandal al final de la escalera. Tampoco es como que Enid comprendiera lo que le sucedía, solo tenía vagas sospechas que se iban fortaleciendo cada vez más, pero se esforzaba por confirmar todas las emociones que la chica Addams le hacía sentir. La lobisona tenía en cada mano un antifaz: negro y rosado, y los miraba de vez en cuando, inquieta, por si Wednesday la iba a dejar plantada, pero decidió ignorar ese pensamiento. Las dos habían llegado a un punto en el que no dudaban de la otra.

De repente, Enid sintió el sonido como de un zapato bajando las escaleras, y miró hacia arriba. Los retoques que Wednesday le había hecho al vestido para que este fuera más cómodo eran muy sutiles, pero la lobisona igualmente se quedó casi embelesada observando a la pelinegra mientras bajaba lentamente (o eso le pareció a la Sinclair). Wednesday miraba disimuladamente a Enid y sonreía ligeramente como si se burlara de la situación, pero en realidad la chica Addams estaba un poco nerviosa.

Sin que la lobisona se diera cuenta, los nervios de Enid desaparecieron en un momento. Por supuesto, la pelinegra estaba hermosa, eso era indudable, pero Sinclair creyó que eso no era suficiente para tranquilizarla, y que, en cambio, había algo reconfortante cuando miraba el rostro de Wednesday que la calmaba por completo, como cuando te alegra el día la simple presencia de alguien que amas mucho. Y, aunque tal vez hubiera sido bueno decirle Enid a Wednesday cómo se sentía al respecto, para ser mucho más franca con sus sentimientos, la lobisona optó por guardar ese pensamiento con tal de que la chica Addams no se burlara y la comparara con un cachorrito feliz por ver de nuevo a su amo después de un tiempo.

—T-Te ves muy hermosa —logró decir Enid, aunque nerviosamente, cuando Wednesday estaba justo frente a ella.

—Gracias... Tú también —respondió la pelinegra.

—Bueno... Toma, lo hice especialmente para ti —dijo Sinclair, extendiéndole el antifaz negro, el cual tenía muchos detalles pequeños, pero finos y hermosos, algunos con forma de tumbas, ataúdes o corazones negros, que debieron ser producto de un minucioso esfuerzo por parte de Enid a la hora de confeccionarlo.

—Muchas gracias. Me gusta mucho —confesó la Addams, logrando una resplandeciente sonrisa de orgullo y satisfacción por parte de la lobisona.

—¡Genial! Pues... Entremos juntas al baile —dijo, y las dos se colocaron sus respectivos antifaces antes de pasar a la pista de baile. Todos estaban riendo y divirtiéndose, pero muchos se sorprendieron al ver a Addams y Sinclair aparecer juntas. Sin embargo, no hubo ningún tipo de desaprobación o desagrado.