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Acabo de cumplir 24 años y como cualquier persona normal lo celebro con mi familia en mi casa.

-¡¡Regalos!! ¡Hora de los regalos!- grita mi madre para poner orden, todos estamos dispersos por la casa, unos en el jardín, mis primos pequeños, otros en la cocina, mis tíos y mi padre y otros en el piso de arriba, yo y mi prima Lydia.

-¡Venga chicos! ¡Uh!- grita mi madre cuando uno de mis primos pequeños pasa detrás suyo corriendo como un loco y persiguiendo a sus otros primos.
-¡Cuidado Dylan! ¡Que casi me caigo!
-¡Perdón Tita Cass!- grita mi primito Dylan desde lo lejos, mi madre pone una cara divertida de paciencia y sigue avanzando con la pila de regalos por la casa en busca del salón.

Mi padre, que está en la cocina charlando con mi tío Adam, padre de Dylan, ve a mi madre con la pila de regalos pasando por el pasillo sin una mínima idea de a donde va.

-¡Cass! ¡Cariño!- mi padre deja su copa de vino en la encimera de la cocina y le hace un gesto a Adam indicandole que espere un momento, mi tío asiente y va a echar un vistazo al jardín para ver a los pequeños de la casa.

Mi padre enseguida va a ayudar a mi madre con la pila de regalos

- Cass que casi te das contra la columna.

-¿Enserio?- mi madre suelta una risa torpe y sonríe - es muy difícil ver a donde voy con esta pila de regalos.

- Si, ya veo, anda deja que te ayude.

-¡Oh sí! Gracias cariño.

Matthew, mi padre, coge unos cuantos regalos de la pila, los suficientes como para que mi madre tenga un campo de visión adecuado y sepa dónde pisa con los pies, y la acompaña hasta el salón.

-Cassandra, ¿tantos regalos has comprado para Evelyn?

- No, tranquilo, algunos son para los pequeños y Lydia- Matthew suspira aliviado - Menos mal

-¿Cómo que menos mal?

- A ver cariño, no podemos darle tantos regalos a Evelyn

-¿Porque no?

-Porque no podemos mimarla, no quiero que sea una niña mimada y desagradecida, sobretodo cuando ya no esté aquí- mi madre se ríe

- Cariño, nunca se va a convertir en nada de eso- suelta los regalos en una esquina, coge las manos de mi padre y le mira a los ojos:

- Eres un buen padre Matthew Miller - mi madre le da una beso en los labios a mi padre y se incorpora para llamar a todos, pero mi padre le interrumpe:

-Cass ¿De quién es este mega regalo?- dice señalando uno de los regalos que hay en la pila, uno bastante grande, cuando Cassandra se gira y lo mira se ríe

- Ya verás

- ¿Pero para quien es?

- Para tu hija.

-¿Para Evelyn?

-Si, para Evelyn, a no ser que tengamos otra hija y yo no lo sabía- mi padre mira a mi madre con paciencia, mi madre se ríe por su reacción ante su bromita.

- Vale, vale, ya paró.¿Podrías traer unas cuantas sillas del desván?

-Claro, ahora mismo vuelvo.

Matthew se va al desván a por las sillas y mi madre empieza a colocar los regalos por el salón mientras va llamando a todos. Poco a poco todos van haciendo caso y se sientan en el sofá y en algunas sillas del jardín que había traído David, otro tío mío.

Estoy en mi habitación con Lydia, mi prima de 18 años.

- Espero que no tarde en llegar - digo preocupada mientras miró por la ventana de mi cuarto

𝑫𝒆𝒔𝒕𝒊𝒏𝒂𝒅𝒐𝒔 𝒂 𝒂𝒎𝒂𝒓Wo Geschichten leben. Entdecke jetzt