Cada Persona Es Un Libro Abierto

Las pinceladas de emoción

El amor más real y alcahueta que existe es la de un abuelo a su nieta. No hay otro ser en el universo, que aprecie más a una pequeña que su abuelo. O eso elegí creer al ver la felicidad de la pequeña a la que pienso llamar Juana que está de la mano de su abuelo Pacho.
Juana brincaba, corría, cantaba y movía su cabeza de un lado al otro en símbolo de alegría.
Tenía una moña lambida en la cabeza y un tutu rosado, el cual indicaba que al lugar al que se dirigían eran sus clases de ballet. Pacho, en sus ojos se le veía el cansancio y el dolor en sus articulaciones, pero predominaba el amor y la felicidad que sentía al ver a su nietecita girando sin parar por todo el andén.
Pacho estaba un poco encartado, tenía una tula morada con mariposas y unas baletas en la mano derecha, en el bolsillo de su camiseta el infaltable lapicero negro y agarrada de la mano izquierda estaba Juana, la pequeña princesa del abuelo. Su única nieta, con tan solo seis añitos ya lo hacía el más feliz del mundo.
La muñeca tenía la cara super sucia de helado de chocolate que su abuelo le había comprado cuadras atrás en coppy cerca a la cancha del Dorado.
Juana tenía sus ojos grandes cafés y su boquita rosadita, y por los lados del bozo estaba llena de chocolate, se le veían esos dedos super pegotudos y sucios, sin embargo el abuelo con una mano hacía lo que podía para limpiarla con una misera servilleta, para que no llegara desastrosa a su clase.
Desde la ventana del carro, los pocos segundos que los vi caminando mientras cambiaba el semáforo fueron hermosos. Había una conexión inmensa entre esos dos seres, se notaba que su abuelo era su ídolo y su nieta era su alegría.
Analizar a las personas es una actividad que no muchos estamos acostumbrados a hacer, pero sin dudarlo nos vuelve más humanos, es una manera muy efímera de conectar con las personas, trae una armonía al cuerpo que ningún otro tipo de terapia logra.
A veces sólo sentarse a imaginar historias nos libera de las nuestras, y los tormentos que antes nos molestaban son dispersados por la creatividad y el poder de la imaginación.
Quiero recordarte y pedir que nunca olvides: los límites de la creatividad los pones tú. Me encantaría un día poder tener la valentía de contarle a una persona toda la vida que yo en mi cabeza le había creado y estar dispuesta a escuchar su vida en realidad.

La vida de las personas es un flujo de experiencias, un viaje en el que cada uno es el narrador de su propia historia.
En esta travesía, las personas son como hojas en el viento, impulsadas por circunstancias y elecciones. ¿Qué es lo que define a una persona en medio de este vasto universo de posibilidades?
La esencia de una persona es la capacidad de pensar, sentir y actuar. A través del pensamiento, las personas buscan comprender el mundo y su lugar en él.
Las emociones, por su parte, pintan el lienzo de la vida con colores fuertes. La alegría, el amor, el dolor y la tristeza son pinceladas que marcan una diferencia en nuestra existencia. Son las emociones las que hacen que la vida sea significativa y nos conectan con otros seres humanos en un nivel profundo.
Aquí con estas palabras doy por finalizada esta nueva experiencia, de poder usar la escritura como forma de terapia y de expresión, espero haber podido generarte algún tipo de sentimiento, y que de pronto con el tiempo también puedas desautomatizar a las personas y crees mundos ficticios con tu percepción de ellos