capitulo 3

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—¿Hyunjin...?—la voz de su madre le llamó y el azabache se giró a mirarla, dejando de revolver la avena y sosteniendo un pedazo de pan tostado en la boca.

—¿Mmh?

—Hijo, ¿que haces?—ella miró las cosas sobre la barra—son...las seis de la mañana—notó mirando el reloj de pared.

Hyunjin se quitó el pan de la boca y se acercó a su madre, besando su mejilla.

—Buenos días—regresó a la barra y tomó un cuenco, dejándolo en la mesa—te hice avena para el desayuno, le puse algo de miel, nueces y almendras—miró a su madre, quien abrió ligeramente la boca, sorprendida.

—Vaya, eso es-

—También hice café—apuntó la cafetera sobre la estufa—preparé unos hotcakes para JamJam y nos hice a los demás sólo huevo revuelto pero nos preparé sandwiches de pollo con chipotle para el almuerzo.

Su mamá soltó una suave risita, mirando todo lo que su hijo había hecho y se acercó a él, poniéndole una mano sobre la frente de forma gentil.

—Hyunjin, ¿estás bien?—preguntó frunciendo el ceño pero sin perder su sonrisa—¿tienes fiebre? ¿cómo...cuando aprendiste a cocinar todo esto?

—Yo...uh...vi videos en YouTube—asintió apretando una sonrisa.

Su mamá volvió a reír y miró la mesa, ya llena y lista para servir.

—¿Es un día especial o...?

—No, yo...sólo quería ahorrarte un poco el cocinar todo para nosotros—explicó el menor, comenzando a jugar con sus dedos—trabajas y te esfuerzas mucho por nosotros, es justo ayudarte y apoyarte.

Jae le miró por unos segundos en completo silencio, escudriñandolo con la mirada, pero manteniendo una expresión que sólo una madre feliz por sus hijos puede dar. Gentil y amorosa.

Y Hyunjin sintió que de nuevo podría llorar.

—Bueno...—ella se recompuso—gracias Jinnie—Jae abrió los ojos, casi preocupada y se llevó los dedos a los labios—lo siento, sé que odias que te llame así-

—No—Hyunjin se apresuró a negar—me gusta, siempre me gustó. Llámame así cuando quieras...mamá—ella claramente estaba confundida por el repentino cambio de actitud de su hijo, pero sonrió y asintió.

—Está bien

—¿Puedo...puedo abrazarte?—preguntó de forma tímida.

—¿Pero que clase de pregunta es esa? Soy tu madre, cielo. Siempre puedes abrazarme.—ella extendió sus brazos y Hyunjin se apresuró a refugiarse en el calor acogedor que estos le ofrecían. 

Pese a ella ser más baja que él, Hyunjin se agachó para acomodar su cabeza sobre su hombro.

—No, no siempre pude.—murmuró demasiado bajito.

Ella mimó con suaves caricias en el cabello a su hijo, pero el silencio tranquilizador fue roto por la voz de su padre.

—Mi vida, ¿has visto mi corbata...?—el mayor miró la escena frente a él y Hyunjin sólo lo observó, no queriendo soltar a su madre—nos a vendido a todos y ahora se está despidiendo de nosotros, ¿verdad?

Jae rodó los ojos y le hizo un ademán, Hyunjin hizo un mohín con los labios ante la insinuación, aunque sabía que su padre probablemente estaba siendo dramático.

Madre e hijo se separaron de su abrazo y ella se acercó al gabinete de las cucharas, abriendolo y sacando una corbata azul marino.

—Tienes que dejar de ponerlas al alcance de JamJam.—se la entregó.

Latidos que no dije /HYUNINWhere stories live. Discover now