Unbreakable | Soukoku - Omegaverse | BSD

14 - Castigo a mano propia

—Bingo. Entonces, ve al puente del Río Neva. Es nuestro punto de encuentro, por nada del mundo debes entablar conversación con ningún desconocido, no sabemos si se trata de las ratitas de mi hermano. Luego pensaremos en un buen pretexto para tu ausencia.

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En la oficina a oscuras del último piso de la sede de Port Mafia, un siniestro Dazai miraba a, lo que parecía, una fotografía de su boda con Chuya que permanecía en su escritorio. La punta de su pie golpeaba el mueble al ritmo de las manecillas del reloj como una muestra de su desesperación; sus ojos rojizos finalmente parpadearon cambiando su objetivo al cajón del escritorio.

Apenas pudiendo moverse por la herida en su pecho, se estiró hacia adelante para abrir el cajón. Lo que sacó de el fue el anillo de bodas que Atsushi le entregó cuando estaban discutiendo el testamento improvisado de Chuya.

Debí habérselo entregado cuando regresó, ¿en qué estuve pensando? Lo único que he hecho es sembrar dudas respecto a nuestra relación, cuando él hace lo imposible por demostrarme que puede ser más de lo que creo que merezco...

En realidad... yo no merezco a Chuya. No quiero matarlo, mi madre está equivocada, finjo querer hacerlo porque estoy celoso. ¿Por qué debo creerle a alguien que fingió su muerte para irse con un Dostoievsky?

Entrecerró los ojos, dándose cuenta que Chuya había caído en la misma maldición que su familia.

Tal vez Koyo-san tenía razón, él no merece este infierno que vive... ¿Debería liberarlo? ¿Otogarle su libertad y agradecerle por lo que me ha dado? No, es imposible...

«¿Crees que hay una diferencia entre el "amar" y el "querer"?»

Quiero a mi madre, a mi padre lo quise aunque no supe como demostrarselo; quiero a los hermanos Akutagawa, quiero vivir... Pero Chuya, a ti te amo.

El teléfono fijo de la oficina sonó, sacándolo de sus pensamientos; después de frotarse el rostro al sentir una sensación de vacío en el fondo de su pecho, activó el altavoz y respondió la llamada.

—Me parece haber visto un lindo pajarito... ¿o gatito? —se escuchó en la otra línea.

—No quiero hablar en clave ahora —suspiró con pesadez.

—El canario me ha buscado. Sólo te comunico que no me parece que se encuentre en una situación favorable; lo veré en el puente del río Neva, no podré protegerlo por mucho tiempo, así que si te apresuras a volar a Rusia, tal vez podamos idear una forma para sacarlo de aquí sin que salgamos muertos en el intento.

—¿Qué te dijo? —escuchar sobre Chuya logró levantarle el animo.

—Fyodor lo mantiene en el edificio familiar, desconoce su paradero, además tiene urgencia con regresar a Yokohama. Me pregunto que harás, oyabun.

—Odio decir esto, pero te suplico que lo mantengas a tu lado hasta que mis ejecutivos y yo estemos en Rusia. Fyodor debe ser muy estúpido para dejarlo sin vigilancia, ¿quién diría que Chuya-kun sabe burlar a los mafiosos?

—No cantes victoria. Haré lo que esté en mis manos... Y hablando al respecto, ¿esto incluye el hecho de que quieres que sepa que tu hija está bajo mi custodia?

Un silencio que se sintió interminable se adueñó de la conversación.

—Tomaré eso como un sí. 

La llamada terminó, el siguiente botón del teclado del teléfono que presionó fue el que le permitió comunicarse con los ejecutivos para comenzar la misión de rescate de su omega.