Capítulo 51.

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Muéstrame tu pasado.

Dos semanas después...
27 de marzo del 2023.

—¿Entonces, pronto lanzarás tu nueva colección? —Pregunta el señor Mario a su hija menor mientras estos toman una taza de café en el jardín del patio trasero de la mansión Rockefeller. Pasan de las 02:00 PM y el día ha estado tan refrescante que el señor Mario decidió invitar a su hija reunirse para conversar como en los viejos tiempos.

—Sí, pero primero quiero que todo este problema con Keelan se aclare. No quiero que la colección se vea afectada por ello como lo han hecho sus negocios.

—Entiendo. ¿Y que tiempo falta para poder realizar la prueba de ADN?

—Finalizando el mes que viene, por fin —Suspira. —Mi nueva colección también incluirá prendas de ropa, no solo lencería...

—¿En serio? —Pregunta sorprendido. Al inicio, no creyó que el diseñar y esas cosas se le dieran bien a su hija, pensó que estaba hecha para estar detrás del escritorio Rockefeller dando órdenes y lidiando con cuestiones del petróleo, pero justo ahora se da cuenta que no, que ella escogió el camino correcto.

—Sí, Miranda lo mencionó y me atreví a correr el riesgo. Si fracaso, al menos lo habré intentado.... —Está por continuar hablando cuando ve su teléfono encenderse sobre la mesita de café mostrando el número de su esposo. —Disculpa, papá —Se levanta y se aleja un poco.

¿Nena, estás ocupada?

Pregunta el griego rápidamente pues es cuestión de minutos para que su hija mayor salga de la guardería y él se encuentra en una reunión súper importante que no da indicios de terminar pronto.

Estoy tomando un café
con papá. ¿Por qué?
¿Qué pasa?

¿Crees que puedas
pasar a recoger a
Killian? Estoy en
una reunión súper
importante. Le diría
al guardia asignado
a Killian, pero...

No te preocupes, yo
iré por ella.

Responde sencillamente. Hace algunos días, Keelan decidió extremar la seguridad de su familia tanto fuera como dentro de casa, es por ello que ahora cada una de sus mujeres cuenta con dos guardias y choferes a su disposición.

Esta bien, aunque te
acompañaré a llevarla
al ballet.

Esta bien, amor.

Ok, nena. Te amo.

Te amo más.

Cortan la llamada y Barbie rápidamente se despide de su padre para ir por su hija mayor. La menor se queda con la señora Clarissa quien sigue demostrando ser la abuela consentidora.

Sube a su última adquisición, una Range Rover SV Coupé de color blanco, en contraste con la que compró su marido que es negra. Maneja hasta la guardería siendo seguida por sus guardias, y se estaciona solo minutos antes de escuchar el timbre. Inmediatamente se ve el grupo de pequeñitos corriendo hacia la salida en busca de sus padres, busca su pequeña y la encuentra caminando hacia ella mientras sostiene de la mano a una nenita rubia.

—¡Mami, mami! ¡Mida', hice una amiga! —Chilla.

—Me alegro mucho, bebé —Responde antes de colocarse a la altura de las nenas para luego estudiar el rostro de la nueva amiga de su hija pues a simple vista se nota el contraste entre ambas. Mientras Killian es explosiva, rebelde y parlanchina, la otra nena se ve pasiva y callada. —¿Cuál es tu nombre, nena?

En las Huellas del Pasado.Onde as histórias ganham vida. Descobre agora