1: Maya no puede dormir 🔥

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Tenía razón, el mundo terminó en el momento en que abrí los ojos hace unos días, bueno, tal vez no exactamente en ese momento. Pero definitivamente lo hizo cuando el tipo del programa llegó a mi puerta. Un conductor, escoltándome camino a un auto negro con ventanas oscuras. Como una persona rica en una película.

Algo cool, supongo.

No tengo demasiados seguidores, pero de todos modos sentí la necesidad de hacerles saber que iba a estar ausente por un tiempo. Tal vez sea mi propio intento de hacerme sentir más importante de lo que ya soy. Espero que esa publicación de carrusel con todas esas fotos y el texto sobre cómo voy a emprender un nuevo viaje de autodescubrimiento y todas esas tonterías no sea tan cursi como suena cuando trato de recordarlo.

Espero que me esperen.

Pero lo que sea que suceda adentro, sé que al menos van a venir más, tienen que hacerlo. Mi mundo terminó, sí, pero ahora va a empezar a girar de nuevo. Apenas decidan abrir mi puerta de nuevo.

Ya he firmado el AND, pero aún así dijeron que teníamos que esperar hasta que todos estuvieran en el mismo lugar; para trasladarnos a todos juntos, supongo. No sé quiénes son los demás, pero juzgando por el anuncio al que respondí, buscaban al menos un par de famosos. ¿Los reconoceré?

Tiene sentido, después de todo, es la industria del espectáculo. Necesitan su clickbait y el mío probablemente no fue lo suficientemente bueno. Soy muy consciente de que estoy aquí como un token, la minoría obligatoria que igual es suficientemente estereotípica como para no hacer sentir demasiado incómoda a la gente. No me importa, en este punto tomaría cualquier cosa si significara no tener que volver a la vida aburrida y real.

¿Es egoísta eso de mi parte?

El golpe en la puerta no me deja responder a mi propia pregunta.

Camino hacia ella sin pensarlo demasiado, probablemente sea el desayuno, o el almuerzo. Nunca habría imaginado que perdería la noción del tiempo en solo un par de días. Probablemente la ausencia de ventanas tampoco ayuda.

—¡Hola! ¿Maya, verdad? —dice él, con una voz profunda que suena casi irreal.

Maldición, él es el desayuno, el almuerzo, la cena y el postre juntos. La definición más pura de DILF que he visto en mi vida.

—Sí, claro. —De repente olvido mi nombre, cómo hablar inglés, cómo estar quieta sin que mis piernas tiemblen.

—¿Puedo... pasar? —Su tono es melódico, hipnotizante. Tiene todo el sentido del mundo que esté en esta posición.

Pero, ¿no se suponía que lo iba a conocer junto con los demás? ¿Por qué está tocando a mi puerta en lugar de la de cualquier otra persona?

Lo llevo hacia la pequeña mesa en la esquina de la habitación y él me mira por última vez antes de romper el contacto visual. Es todo tan intenso. Finalmente entiendo lo que se siente al tener alguien famoso y poderoso respirando el mismo aire que tú.

—Así que... ¿estás emocionada? —Pregunta cuando ambos estamos sentados. Lleva esas pausas de medio segundo en su lengua, extendiendo las sílabas. Se me hace agua la boca.

¿Qué carajo, estoy realmente tan necesitada de contacto físico?

—¡Oh my God, por supuesto! —Respondo, demasiado rápido. Mi acento suena 5 veces más potente de lo que nunca ha sido— Es decir. Sí, bastante. Estoy muy agradecida por la oportunidad.

Sonríe y deja que mis palabras se cocinen en el aire, disipándose.

—Quería venir y disculparme personalmente por mantenerte aquí más de lo que esperábamos —Sus dientes parecen perfectamente moldeados, blanquísimos— Al principio se suponía que era solo por un día, pero algunos de los vuelos se retrasaron y queríamos tenerlos a todos aquí.

Detrás del veloWhere stories live. Discover now